Dormir una siesta de media hora mejora la memoria y la capacidad de aprender de los niños porque durante el sueño el cerebro permanece activo y se consolidan la memoria declarativa, asociada a la adquisición de conceptos teóricos, y la memoria de procedimiento, que se relaciona con las técnicas aprendidas, como tocar un instrumento musical.
Es muy difícil encontrar un bebé al que no le guste tomar una siesta después de comer o después de una jornada de mucha actividad. Los expertos insisten que el sueño de los niños es tan importante como su alimentación. Al dormir, los niños reponen energías y relajan al mismo tiempo.
El hábito de «tomar la siesta» es fundamental para su desarrollo. Por esta razón, los padres deben insistir a que sus hijos tomen la siesta por lo menos, según los expertos, en los cinco primeros años de vida.
El sueño desempeña una importante función para consolidar la memoria, y un estudio realizado con niños con edades promedio de diez años revela que dormir la siesta durante media hora les permite asimilar antes nuevos conceptos.
Las zonas de la corteza prefrontal (y no el hipocampo) permanecieron predominantemente activas en los niños que habían dormido la siesta.
Mientras dormimos la información se transfiere desde el hipocampo a las zonas de la corteza cerebral vinculadas con la memoria a largo plazo .
En el nuevo estudio, que se ha publicado en la revista NeuroImage, ha participado un grupo de niños sanos con una media de edad de diez años. El experimento consistió en una primera fase en la que se mostraron a los menores imágenes de objetos imaginarios cuyas definiciones debían aprender. Utilizando magnetoencefalografía (MEG), los científicos observaron que el hipocampo estaba significativamente involucrado en dicho aprendizaje.
Dividieron a los niños en dos grupos, uno de los cuales durmió una siesta de media hora, mientras los del otro grupo descansaron, pero sin dormir. Posteriormente los pequeños volvieron a ver las imágenes de los objetos imaginarios a los que tenían que dar una nueva definición. De esta forma, los investigadores pudieron comprobar que las zonas de la corteza prefrontal (y no el hipocampo) permanecieron predominantemente activas en los niños que habían dormido la siesta.
El sueño desempeña una importante función para afianzar la memoria, ya que mientras dormimos la información se transfiere desde el hipocampo a las zonas de la corteza cerebral vinculadas con la memoria a largo plazo , la transferencia del hipocampo a la corteza prefrontal se había observado en personas adultas a los tres meses del aprendizaje, pero sus resultados sugieren que en el caso de los niños dormir favorece una rápida asimilación de nuevos aprendizajes, y el postaprendizaje tras una breve siesta podría contribuir a consolidar su memoria.
jcrh