Al principio de toda relación hay miel, mariposas y planes de ponerse las pantuflas el uno al otro cuando sean viejitos. Con el tiempo, los planes del amor se disuelven poco a poco hasta que queda una realidad llena de monotonía, cero sorpresas y una sensación de estancamiento.

¿Has puesto resistencia a no sentir el cambio? A veces, te daña más no querer abrir los ojos, que abrirlos a la realidad, aceptar las cosas como son y permitirte a ti y a tu pareja continuar su vida por separado. Cuando una relación ha dejado de ofrecer crecimiento a ambas partes, es momento de replantearlo todo.

Hay nueve señales que podrían indicarte cuando el amor se ha terminado. Si tienes algunas de ellas, tal vez sea momento de que establezcas un diálogo profundo contigo mismo.

1. Tu corazón se ha vuelto indiferente

No se trata de que tengas 200 pulsaciones por minuto cada que ves a tu pareja, pero hasta la ciencia ha comprobado que la emoción que sienten dos amados al verse, acelera el ritmo cardiaco. Todo con el tiempo cambia y se adapta a nuevas sensaciones, tal vez menos fuertes que al principio, pero debes sentir algo. ¿Nada? ¿Ni una ligera emoción?

2. Ya no hay contacto físico

Si al ver a tu pareja en la cama, lo único de lo que te dan ganas es de acostarte al otro lado y dormir, ¡cuidado! Ese es el primer foco rojo de que las cosas no andan bien. Una de las diferencias principales entre un mejor amigo y una pareja es el contacto físico que tienes con tu amorcito, los besos, las caricias y por supuesto ¡el sexo! Pregúntate cuándo fue la última vez que tuviste relaciones sexuales con tu pareja, si no te acuerdas, es momento de meditar sobre tu relación.

3. Tus ojos no dicen más

Por algo el dicho de «los ojos son la ventana del alma» es tan usado por la gente. Los ojos efectivamente hablan, cuando dos personas inician una relación claramente se les ve «la mirada de borreguitos». La próxima vez que te sientes a platicar con tu pareja y mires directamente a sus ojos, pon atención en lo que hay entre sus miradas, qué dicen, qué no dicen y qué ya no quieren decir.

4. Caminan por separado

Cuando dejas de sentirte cómodo en tu relación, buscas, literalmente tu propio camino. Fíjate cómo caminan cuando salen a la calle juntos, mientras más despegados y a destiempo vayan, más se están alejando el uno del otro. Es más, si te pasa por la cabeza la idea de «preferiría haber venido sola/solo», te urge replantear la situación.

5. Las mariposas se han ido para siempre

Al inicio de las buenas relaciones todo el tiempo sientes el estómago revuelto, hasta puedes ponerle nombre a cada una de las mariposas que sobrevuelan tus entrañas cada que ves a tu pareja. Nuevamente hay que entender que con el tiempo las emociones disminuyen su intensidad, pero de vez en cuando, con una sorpresa especial, sentirás algo en las entrañas que te confirmará lo bien que se mantiene tu relación.

6. Las conversaciones son planas

El tono de voz en los enamorados siempre cambia, tiene tonalidades distintas, agudas, graves, de todo. Incluso, hay quienes inventan sus propias palabras, sobre todo los apodos. Cuando las pláticas se han vuelto planas, sin cambios de voz, sin palabras propias, puedes intuir que las cosas han dejado de estar bien. No te tortures, abre los ojos.

7. No les dan ganas ni de abrazarse

Si has sentido como si fueran imanes opuestos que al acercarse se repelen, es momento de detenerlo todo y hablar. ¿Pueden seguir, quieren seguir, prefieren separarse?

8. Bostezas las pocas veces que hay sexo

Están tan distantes que las pocas veces que tienen sexo, meramente por instinto, si piensas en otras personas, bostezas o te acuerdas de los pendientes del día, es momento de retirarte de esa relación. ¿Qué caso tiene? Mejor sean almas libres que busquen su felicidad por otro lado.

9. Sientes que te succionan la energía

Una relación puede ser lo que sea menos agotadora. Si estás cerca de tu pareja y sientes como si te chupara la energía y te dejara más que en el piso, ya no tienes nada que hacer ahí. A veces el cuerpo es más sabio y se enferma para que cambies y dejes de hacer lo que ya NO quieres. Préstale atención cuando te hable, tal vez te está pidiendo a gritos que termines con la nociva relación que tienes.

Foto: Pixabay