¿Te has preguntado por qué la mayor parte de la gente se vuelve a enamorar aunque les hayan dejado el corazón hecho pedazos? Esto es porque estar enamorado se vuelve realmente adictivo.

La ciencia siempre busca respuestas para todo, por eso Domeena Renshaw, investigadora de la Universidad de Loyola, en Estados Unidos, se dedicó a estudiar a profundidad qué sucede al interior del cerebro cuando te enamoras. Descubrió que al enamorarte, liberas distintos tipos de sustancias químicas que producen distintos efectos.

Dopamina

Te da una sensación de bienestar que ninguna mala noticia podría quitarte. Sientes euforia, energía interminable, incluso duermes menos.

Oxitocina

La conocen como la hormona del amor. Te da un efecto similar al que te produce el alcohol. Hace que te atrevas a hacer todo, te da el valor para acercarte a desconocidos, interactuar y sentir que no hay nada en el mundo que te detenga. Es la responsable de que veas a tu pareja más atractiva de lo normal.

Serotonina

Es la hormona del placer. Y cuando te enamoras dispara sus niveles, el efecto es como el de la cocaína, te vuelves adicto a sentir tanto placer. También genera comportamientos obsesivos y ganas de «tener el control».

Adrenalina

Te mantiene despierto, permite que prestes atención a todo y que no veas las imperfecciones de tu pareja.

Norepinefrina

Es la responsable de que tu corazón lata más rápido, que tus mejillas se sonrojen y te suden las manos.

Por lo que puedes ver, enamorarse es una cuestión de alteraciones químicas en el cerebro, una vez que esto pasa, según los científicos entre 3 y 4 años, es cuando empieza el amor verdadero, ya sin los encantos mágicos de estas sustancias decides si continúas o no la vida al lado de esa pareja. Por eso, mucha gente se vuelve adicta a enamorarse de distintas personas, una tras otra, tal cual como si fueran víctimas de una adicción más.