CIUDAD DE MÉXICO.- George Pierre Seraut tuvo la tendencia de buscar innovar la pintura al fusionarla con la ciencia, se dice que los aspectos técnicos de su obra influirían más tarde en los fauves, y sus rigurosos estudios teóricos, en los cubistas. Su obra más emblemática es “Un domingo de verano en Grande Jatte”.
También está considerado precursor del puntillismo francés, nació el 2 de diciembre de 1959, en París, Francia, en el seno de una familiar humilde, desde pequeño mostró sus habilidades artísticas y se apoyó en el escultor Lequien para realizar sus primeros trazos.
En su juventud ingresó a la Escuela de Bellas Artes, estudió en el talleer de Henri Lehrmann también recibió infuencia de la escuela clasicista de Jean Auguste Dominique Ingres (1780-1867), aunque Seurat admiraba realmente Egéne Delacroix (1798-1863).
Al finalizar sus estudios fue copartícipe en el Salón para Artistas Independientes, sala donde se exhibían los artistas aún desconocidos que la Academia Francesa no reconocía de “suficiente calidad” para su muestra oficial.
En 1884, Seurat conoció en esa sala al que se convertiría en su amigo entrañable Paul Signac (1863-1935) y poco tiempo después a Camille Pisarro (1830-1903). En esa época pintó “Baño de Asnieres”, cuadro que muestra a los hombres y los niños charlando a las orillas del Río Sena, con un París industrial al fondo.
De pronto, Seurat se convirtió en el referente principal de la técnica pictórica, pintores como Cross y Dubois-Pillet se inspiraron en las obras de este hombre, quien, movido por los efectos de la luz y la transformación de las formas, comenzó el puntillismo.
Según el sitio “arteespana.com”, Seurat se interesó por los tratados científicos que hablaban de conciliar el arte con la ciencia y se arriesgó a quitar las pinceladas y sustituirlas por pequeñas manchas ordenadas en cuatro colores de su paleta, azul, rojo, amarillo y verde.
El resultado de la técnica, dicen, era una variación de luces, contrastes y colores que daban como resultado unos nuevos; la técnica, aunque innovadora, fue ampliamente criticada en su época por pintores como Claude Monet (1840-1923) y Pierre-Auguste Renoir (1841-1919).
Apenas dos años después pintó la que fue la obra más representativa tanto del artista como de la técnica del puntillismo “Un domingo de verano en Grande Jatte”, en la cual se observa a una serie de personajes disfrutando de un día de descanso.
De acuerdo con “Biografiasyvidas.com”, realizó alrededor de 70 bocetos para poder capturar la esencia de su obra maestra.
Lamentablemente, Seurat no tuvo el reconocimiento que merecía, e incluso su colega Signac le dio la espalda cuando necesitó defender su técnica, únicamente Camille Pisarro practicó el novedoso estilo pictórico.
“Artepinturaygenios.com” recuerda que en 1886, Seurat presentó su obra “Tarde de domingo en la Isla Grande Jatte” en la octava y última exposición de pintores impresionistas y en la Segunda Sala de los Independientes de Bruselas, donde su obra fue un rotundo fracaso crítico y comercial.
Sin embargo, Seurat no renunció a su estilo y continuó su quehacer artístico con obras como “Puente de Courvevoie” (1887), “Clima Gris en Grande Jatte” (1888), “Joven empolvándose” (1890), y “El circo” de 1891, por mencionar algunas.
Tras su visita a Bruselas, Seurat comenzó una nueva obra llamada “Las modelos” en la que aplica de manera estricta los principios del puntillismo, reduciendo aún más los puntos de color, y posteriormente realiza “La parada del circo”, obra que recibió buena crítica.
Ell artista, empero, no vivió para ver los efectos que tuvo su obra en la pintura ni llegaría a ver el nacimiento del cubismo que fue grandemente influenciada por su técnica.
Seurat falleció el 29 de marzo de 1891, a consecuencia de una difteria que contrajo; tenía sólo 31 años. Sus restos fueron enterrados en el cementerio parisino Pére Lachaise, de su natal París.