PARÍS, FRANCIA.- Antoine de Saint-Exupéry, el afamado y malogrado escritor francés, autor de la novela corta «El Principito», la cual es considerada como una obra clásica moderna, perdió la vida el 31 de julio de 1944.
Amante de los aviones, encontró en sus experiencias como piloto la inspiración para muchos de sus libros tales como “Correo del sur”, “Vuelo nocturno” y “Piloto de guerra”, además de haber luchó con la aviación francesa durante la Segunda Guerra Mundial.
Nació el 29 de junio de 1900 hijo del conde Jean-Marie de Saint-Exupéry y Marie Boyer de Fonscolombe, es decir en el seno de una familia aristocrática pero sin recursos económicos; tuvo otros dos hermanos y a la edad de cuatro años perdió a su padre, estableciendo una estrecha relación con su madre.
Sus estudios fueron enfocados y los realizó en los colegios de los jesuitas, de los maristas y en la Universidad de Friburgo, donde inició sus estudios en arquitectura en 1920, pero declinó luego de un año para ingresar en la Fuerza Aérea Francesa.
Durante su servicio militar realizó diferentes tareas y después de ser enviado a Marruecos en el desierto terminó su trabajo como militar, para después trabajar como encargado de una fábrica de tejas y ladrillos, así como vendedor de camiones.
Para 1926 se convirtió en piloto comercial en una aerolínea privada y un año después realizó difíciles misiones de correo aéreo en África y Sudamérica, también trabajó para Air France, de acuerdo con el portal especializado “buscabiografias.com”.
El piloto encontraba su inspiración para escribir cada que tenía un reto en la aviación, tuvo su acercamiento al mundo de las letras cuando empezó a trabajar como periodista corresponsal en Moscú y España, enseguida empezó a escribir más a profundidad.
Sus primeros escritos se identifican por mostrar un lenguaje poético romántico relacionado con los vuelos, como en “Correo del Sur” (1929) y “Vuelo nocturno” (1931); en sus obras siguientes marcó la filosofía humanista “Tierra de hombres” (1939) y “Piloto de guerra” (1942), de acuerdo con la fuente.
En 1943 publicó “El Principito”, obra que es la más reconocida de su carrera literaria, ya que es un fábula infantil dirigida para adultos con significado alegórico y a la que se considera ya como un clásico de la literatura contemporánea.
Saint-Exupéry tenía recurrentes tareas de aviación, después de ser nombrado director de la Aeroposta Argentina tuvo la misión de organizar la red de América Latina.
Después realizó pruebas que terminaron en accidente, uno en el desierto egipcio en 1935 y otro en Guatemala en 1938, según datos del portal “biografiasyvidas.com”. Después de iniciar la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) participó en las tropas de la Francia Libre, en una de las tareas tenía el objetivo de fotografiar el territorio del sur de Francia, pero su avión fue derribado por otro alemán.
Se perdió contacto con el escritor y no se supo nada de él, hasta que en 2004 los restos de su avión fueron encontrados en las costas de Marsella.
De su legado literario también cabe destacar los escritos “Carta a un rehén” (1944), “Notas de la juventud” (1953), “Cuadernos” (1953), “Cartas a su madre” (1955), “Escritos de la guerra” (1982), “Manon, la bailarina” (2007) y “Cartas a lo desconocido” (2008).
Antoine Marie Roger de Saint-Exupéry, su nombre completo, murió el 31 de julio de 1944, su cuaderno de notas fueron encontradas después de su muerte y fue publicado póstumamente bajo el nombre de “Ciudadela” en 1948.
con información de Notimex
jcrh