ROMA.- Una muestra del Museo de Arte Moderno MAXXI de esta ciudad analiza las problemáticas relativas al control en la sociedad contemporánea, en una época donde las redes sociales e internet desmantelan la privacidad del individuo y el pretexto de la guerra al terrorismo limita las libertades.
Titulada “PLEASE COME BACK. ¿El mundo como prisión?”, la exposición reúne 50 obras de 26 artistas de todo el mundo que relatan la cárcel como metáfora del mundo contemporáneo y el mundo contemporáneo como metáfora de la prisión, expluso la presidenta de la Fundación MAXXI, Giovanna Melandri, durante la presentación a los medios.
Explicó que se e trata de un mundo tecnológico, hiperconectado, compartido a traves de las redes sociales y cada vez más controlado.
“La muestra es una provocación, una crítica social muy fuerte. Los artistas han visto las fronteras sofocantes confrontarse con formas más potentes de poder”, señaló Melandri.
Instalada en la Galería 5 del museo diseñado por la recién desaparecida arquitecta Zaha Hadid, la muestra ofrece una reflexión sobre los límites de la libertad en la contemporaneidad y permanecerá abierta hasta el próximo 21 de mayo.
Melandri consideró que el desarrollo de las tecnologías digitales, las redes sociales o el uso del Big Data han inexorablemente cambiado a la sociedad, testigo del derrumbe de las filosofías de participación social y la instauración de nuevas dictaduras, que en nombre de la seguridad nos desnudan, con nuestro consenso, de todo espacio íntimo y personal.
Los visitantes son recibidos en el sala del museo por la instalación “The cage the bench and the luggage” de H.H. Lim, una jaula de acero que por una parte habla del tema general de la reseña y por la otra sugiere que los museos nacieron con el objetivo de proteger a las obras de arte.
La muestra arranca con las proyecciones de las videobras de artistas como Aes+F (autor de Inversus Mundus); Jill Magid, Lin Yilin o Gianfranco Baruchello en una pantalla de 19 metros de ancho, por 3.6 de alto.
Hou Hanru, director artístico del MAXXI y curador de la exposición, explicó que ésta se divide en tres secciones tituladas: «Detrás de los muros»; «Fuera de los muros», y «Más allá de los muros».
En «Detrás de los muros» son protagonistas artistas que han hecho una experiencia directa en la prisión, como Berna Reale, quien con un video relata la luz de la antorcha olímpica dentro de las cárceles brasileñas; o Harun Farocki, que usa las grabaciones de las videocámaras de seguridad de la cárcel californiana de Corcoran.
En “Fuera de los muros” figuran las obras de artistas que han reflexionado sobre las prisiones que no podemos ver, como la vigilancia que ha transformado a las ciudades contemporáneas en “prisiones a cielo abierto”.
Mikhael Subotzky presenta materiales de video de la policía de Johannesburgo; mientras Lin Yilin participa con una “performance” que reproduce una escena de privación de libertad para medir las reacciones de los ciudadanos de la ciudad china de Haikou y de París.
En “Más allá de los muros” el protagonista es el tema de la vigilancia como “práctica organizativa dominante”, un fenómeno extendido en la sociedad contemporánea, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
En esta sección sobresale el video de Jannane Al-Ani, que reproduce la perspectiva de un dron que investiga distintos sitios en Medio Oriente; mientras Jeny Holzer trata la “guerra al terror”; y Zhang Yue se refiere a guerras futuras o de un plan para la destrucción de Estados Unidos.
Durante la presentación de “Please come back”, el ministro italiano de Justicia, Andrea Orlando, subrayó que el arte es un termómetro especialmente sensible de las libertades comúnes y declaró que la sociedad no resuelve los problemas confinando personas en las cárceles o levantando muros.
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