CIUDAD DE MÉXICO.- Los primeros poemas de juventud del escritor argentino Jorge Luis Borges serán rescatados, por primera vez, en un libro por dos académicos mexicanos, después de haber sido publicados únicamente en los años ’20 del siglo pasado.
Rafael Olea Franco, profesor de El Colegio de México y Antonio Cajero, de El Colegio de San Luis, dos reputadas instituciones de altos estudios de este país, hicieron el anuncio al cumplirse 30 años del fallecimiento de uno de los más grandes exponentes de las letras latinoamericanas. Ambos investigadores, al echarse a cuestas la compleja encomienda de reunir los escritos primigenios de Borges, recordaron que éste solía arrepentirse de ellos, fueran ensayos o poemas, y de hecho intentó hasta desaparecerlos.
Es el caso de sus ensayos tempranos reimpresos en los 90 por Seix Barral, bajo el título de «Inquisiciones», en uno de cuyos ejemplares escribió en letra manuscrita, durante una serie de conferencias en la Universidad de Harvard, en los años 60: «I’m ashamed of this book» (me avergüenza este libro).
La leyenda fue descubierta por Olea Franco en la biblioteca de ese respetado ateneo estadounidense cuando buceaba en busca de materiales sobre la vida de Borges. Pero con la poesía de sus años mozos pasó algo distinto, pues nunca se reimprimió en volumen alguno y sólo permaneció en alguna que otra olvidada hemeroteca.
Al cumplirse hoy 30 años de la muerte del creador de «El Aleph», los académicos mexicanos decidieron poner manos a la obra y rescatar esos poemas juveniles publicados en 1923 por la revista Fervor de Buenos Aires como un homenaje a su memoria.
Olea Franco, autor de «los dones literarios de Borges» publicada por Iberoamericana/Vervuert y «El otro Borges. El primer Borges», coedición del Fondo de Cultura Económica y El Colegio de México, señaló que «los escritores no son prefectos» sino viven «un proceso de aprendizaje» como todas las personas.
El experto en la literatura del autor de «Funes, el memorioso», expuso que el Borges juvenil mantiene lazos de continuidad con el Borges maduro, aunque algunos de sus críticos lo acusaban de reflejar en sus primeros poemas una pretensión de escribir como lo haría un autor español de 1700.
Tiene textos muy castizos, utiliza palabras rebuscadas, de diccionario, arcaísmos» pero «al mismo tiempo tiene otros textos en los que habla muy argentino, como compadrito porteño, principalmente en poemas», afirmó.
Por ejemplo, dijo que en su afán de experimentación, en algunos poemas prescinde de la «d» final de algunas palabras como «ciuda» o «realida», algo que «suena raro para la mayoría de los lectores, porque no se solía escribir así».
«Tiene entonces veintitantos años y ensaya diversas formas de escritura, de las cuales incluso se burlan algunos contemporáneos», indicó Franco.
Sólo cuando su trabajo traspasa las fronteras de Argentina, busca eliminar los localismos y distanciarse de posturas nacionalistas. «Hay diversas etapas de la escritura de Borges y eso hay qué tenerlo presente», señaló Olea Franco. Con motivo del 30 aniversario de la muerte de Borges, se programaron una serie de homenajes en torno al escritor como la conferencia «Borges bibliófilo», en el Palacio de Bellas Artes.
Además, escritores y críticos abordarán diversas facetas del escritor argentino más universal que recibió premios como el Formentor de las Letras, el Cervantes y el Internacional Alfonso Reyes, como la poesía y la literatura fantástica. En el Patio de Escritores de la Biblioteca de México se abrió una muestra bibliográfica de y sobre el autor de «Ficciones», con obras procedentes de los acervos de las Bibliotecas Personales.
con información de agencias
jcrh