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Remedios Varo «Apuntes y anécdotas de una colección»

Remedios Varo «Apuntes y anécdotas de una colección»

CIUDAD DE MÉXICO,- Xabier Lizárraga y Javier Oropeza en el marco de la exposición » Remedios Varo. Apuntes y anécdotas de una colección», se realizó una mesa diálogo, quienes compartieron detalles de la vida y obra de la pintora mexicana.

En la Sala Gamboa del Museo de Arte Moderno, donde se presenta la muestra, el antropólogo Xabier Lizárraga, hijo del artista plástico vasco Gerardo Lizárraga, quien fue esposo de Remedios, recordó a la artista plástica como parte de su familia.

“Tanto mi hermana como yo, la llamábamos tía, porque aunque Remedios y mi padre se separaron y dejaron de vivir como pareja cuando estaban en Francia, la amistad perduró hasta la muerte de Remedios en 1963”, mencionó.



Relató que el día de la muerte de Remedios, él no estuvo presente, aunque casi siempre pasaba a saludarla cuando salía de la escuela. “Acostumbraba a bajarme antes, pues mi casa estaba cinco calles adelante de la de ella, pero ese día no pasé porque un día antes me dormí tarde por estudiar”.

Xabier Lizarraga destacó que Remedios fue un ser sumamente cariñoso, generoso con su hermana y con él, “nos dio a conocer muchas cosas del arte y de diversión, porque era una persona muy curiosa que le encantaba la ciencia ficción y la ciencia, así como las novelas negras”.

Apuntó que su relación con Remedios Varo (1908–1963) siempre fue de cariño, “iba constantemente a su casa y ella a la mía, mis padres posaron para ella”, señaló.

Apuntó que siempre fue una relación de aprendizaje, una relación familiar y de amistad “hasta que poco antes de que falleciera hubo una desavenencia entre mi madre y ella y no se volvieron a hablar”



En su oportunidad, Javier Oropeza, quien fue director de Asuntos Jurídicos del Instituto Nacional de Bellas Artes y encargado del litigio por parte del INBA para defender 39 obras de Remedios Varo, compartió los detalles de esta gestión.

“Ese litigio comenzó en 1988 o 1989 y tiene como consecuencia una acción por parte de Walter Gruen quien fue compañero sentimental de Remedios Varo, quien no pudo probar su concubinato con ella y por ello no podía reclamar la herencia”, comentó.

Para eso, intervino la Beneficencia Pública que por oficio en los juicios intestamentarios se convierte en heredera y albacea de los bienes de Remedios Varo. Walter Gruen y Alexandra Varsoviano dieron en comodato al Museo de Arte Moderno 28 obras en primera instancia y posteriormente la aumentaron a 38 piezas.

“Ellos pensaban que sería un blindaje porque preveían que algo iba a suceder con la sobrina Beatriz Varo y posteriormente sucedió lo que pasa en todos los juicios, al final se abrió un Registro Público que consta en la Ley Federal de Bienes Nacionales”, recordó.

Comentó que de acuerdo al contrato de donación, esos bienes (obras de arte) son dominio público de la Federación y se solicitó un registro, “nos dieron una constancia de que las obras de Remedios Varo eran propiedad de la Nación y que estaban inscritas ahí”.

El problema se resolvió en 2006 cuando se otorgó la protección de la Justicia Federal “y se nos reconoce el justo título y todo lo que veníamos argumentando”, concluyó.

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