CIUDAD DE MÉXICO.- Ai Weiwei, famoso artista chino disidente, durante su estancia en México, lamentó el odio propagado por el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos Donald Trump.

Igualmente dejó en claro, que le preocupa la posibilidad de que llegue a la Casa Blanca. El activista, de 59 años, ampliamente conocido a nivel internacional, que ha sido perseguido por el gobierno chino que lo mantuvo 81 días en prisión, señaló que si Trump triunfa «México sería afectado directamente como vecino de Estados Unidos».

Con Trump en la Casa Blanca México «podría ser víctima de la ideología de extrema derecha, del discurso de segregación, del odio hacia la migración y hacia la gente menos poderosa», asegura.

Weiwei, que expuso en 2014 en el Museo Nacional de Antropología la muestra Círculo de animales/Cabezas del Zodiaco, afirma que en esa oportunidad el gobierno de Pekín lo quiso censurar presionando «a las instituciones culturales para que dejaran de mostrar las esculturas», aunque sin éxito.

El artista chino radicado en Berlín desde 2015, cuando fue liberado, criticó los sistemas políticos en el mundo que a su juicio siguen teniendo «una estructura vieja».

«La gente se siente atrapada, se siente víctima de una forma antigua de pensar», sostuvo y dijo que eso «no sólo sucede en China o en Estados Unidos, sino también en Europa, el Medio Oriente y Africa, por cuanto donde «hay problemas muy graves a nivel mundial». El artista, cuyas piezas se han vuelto famosas por sus denuncias lacerantes como una titulada S.A.C.R.E.D (2011-2013), que relata el trauma que sufrió durante los días que estuvo recluIdo o la crisis de los refugiados sirios en Europa, señaló que está al tanto de lo que ocurre en México.

Por ejemplo, señaló que ha recibido reproches a través de Internet por no poner atención en el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre del 2014 pero dijo que está consciente y también sabe que en los últimos años han muerto «más de 41.000 personas» en el país.

Weiwei se la ha pasado desde su sorpresivo arribo a México haciendo un turismo muy peculiar, pues en lugar de visitar acompañado de su hijo y su novia, las zonas habituales como los museos o las ruinas prehispánicas de Teotihuacán prefirió lugares poco seguros para los visitantes extranjeros.

Por ejemplo, tenía curiosidad por conocer Tepito, uno de los barrios más peligrosos de la Ciudad de México, donde se encuentra el más grande mercado de pulgas de América Latina, donde se intercambia el 70 por ciento de la mercancía prohibida en el país, incluidos armas y drogas, aunque con un fuerte sentido de identidad.

jcrh