CDMX, México.- Dietas, cremas reductoras, masajes… en fin, una infinidad de ideas y productos que a diario nos bombardean para crearnos la idea de que estar delgados es in o “lo máximo” para sentirnos bien. Lo importante de estos “ataques sociales” es cambiar la forma de nuestro cuerpo, es decir, dejar de ser nosotros mismos para ser “diferentes a lo que ya somos”.

Lamentablemente, asociamos el peso a la belleza, y anhelamos el cuerpo de algunas celebridades o modelos, sin saber que lograrlo es mucho más difícil de lo que se piensa. Puede ser simple genética, puede ser hambre, puede ser esfuerzo. No siempre podrás lograr el cuerpo de otra persona, ¿y por qué? Porque cada cuerpo es distinto.

Y es que nuestra realidad actual es estar tonificados, comer saludable y, por sobre todo: sentirse cómodos en el cuerpo que tenemos, no estar delgados al punto de casi desaparecer.

Por otro lado, estoy segura que todos pensamos en que lo importante, además de hacer ejercicio, es retirar las grasas de nuestra dieta. Pero, ¿sabes qué puede pasarle a tu cuerpo cuando retiras las grasas de tu dieta? Todos pensamos que de inmediato bajaremos de peso, que nuestro cuerpo se sentirá de maravilla y por ende tendremos mayor energía durante el día.

¿Qué son las grasas?

Las grasas son compuestos orgánicos formados por carbono, oxígeno e hidrógeno y forman el grupo más grande de aporte energético en nuestra alimentación. Las grasas o lípidos pueden presentarse en forma sólida o líquida.

Funciones de las grasas

Al igual que los hidratos de carbono, son combustibles pero mucho más efectivos. Proporcionan energía para que el organismo funcione además de protegernos del frío. También ayudan a transportar y absorber las vitaminas liposolubles (A, D, E, K) y a incorporar los ácidos grasos esenciales que el cuerpo no produce por sí mismo.

Como fuente concentrada de energía y calor, el cuerpo además recurre a estas reservas cuando lo necesita. De cada gramo de grasa el cuerpo obtiene 9 calorías, más del doble de las que aportan los carbohidratos y proteínas. El exceso de grasa se utiliza en distintos tipos de tejidos, pero en su mayoría se almacena en las células adiposas que sirven como aislante y protección a diferentes órganos.

¿Qué pasa si dejo de consumir grasas?

*Sentirás frío

Lo que para algunos parecería una contra, lo cierto es que almacenar grasas tiene su lado “positivo”. Las grasas no solamente permiten crear una fuente de energía, sino que, generan una protección para el cuerpo porque ayuda a regular la temperatura corporal sobre todo en climas de baja temperatura, es decir son reguladores de la temperatura corporal.

*Tus impulsos nerviosos dejarán de actuar correctamente

Las grasas también desarrollan una importantísima función a nivel del sistema nervioso. Los impulsos nerviosos que viajan a lo largo de los axones de los nervios, desde distintos puntos del cuerpo hasta el cerebro, pueden hacerlo gracias a una membrana lipídica compuesta de mielina, un tipo de grasa especial, que permite que estas señales viajen más rápido.

La ausencia de grasas buenas dará paso a que sientas con malestares como mareos y tus impulsos nerviosos no reaccionen adecuadamente.

*Alteración de los cambios corporales

Los estrógenos, testosterona y las hormonas suprarrenales, todas conocidas como hormonas esteroides, son grasas que emiten señales a través del cuerpo, a varios niveles. Las hormonas se unen con proteínas en la sangre y se comunican con las membranas celulares al unirse a receptores, permitiendo cambios esenciales en la genética del organismo. Es decir, las grasas tienen un rol importante en los cambios corporales. Sin su consumo, podrías sentir irritabilidad e incluso podrías tener complicaciones en tu ciclo de sueño, esto, entre otros cambios.

*Complicaciones en el período menstrual

Los cólicos menstruales que pueden presentarse durante su período es causado por las prostaglandinas o sustancias químicas que afectan a la tensión muscular (calambres), sin embargo sus efectos se pueden contrarrestar con el consumo de  vegetales ricos en ácidos linoleico y linolénico, que promueven la creación de sustancias relajantes para aliviar los calambres.

Para evitarlos, es recomendable la ingesta del omega 3, contenido principalmente en los peces de agua fría como el salmón, atún o caballa. También están presentes en las semillas de lino y chía del reino vegetal, ya que tienen la capacidad de reducir los procesos inflamatorios provocados por el ciclo menstrual, recomendándose comenzar a consumir este tipo de alimentos, una semana antes de que este haga su aparición.

*Problemas en el metabolismo

Cuando ingerimos un alimento, las enzimas descomponen las proteínas en aminoácidos, las grasas en ácidos grasos y los hidratos de carbono en azúcares simples. Aparte del azúcar, el cuerpo puede utilizar tanto los aminoácidos como los ácidos grasos como fuentes de energía cuando los necesita. Estos compuestos son absorbidos por la sangre, que es la encargada de transportarlos a los tejidos corporales, sobre todo en el hígado, los músculos y la grasa corporal.

Como podrás ver, la ausencia de grasas en este proceso tan importante puede causar que tu metabolismo no se lleve de manera correcta y que esto derive en enfermedades u obesidad.

*Te sentirás mal humorado

A veces nuestro estado de humor se altera sin conocer las razones exactas, por lo que nos sentimos enojados, tristes, solos, contentos o llenos de energía. La respuesta puede estar en los alimentos que consumes, ya que algunos reducen o incrementan el estrés y la ansiedad, por otro lado, hay ciertos productos que modifican el nivel de azúcar en la sangre. La no ingesta de grasas influye en esos estados de ánimo.

Para que tu buen humor sobresalga ante todo, procura comer alimentos como: arroz, salmón, atún, espinaca, nueces, café, frijoles, semillas de girasol, tofu, pollo, huevos y pavo.

Las mejores fuentes de grasa:

• Aceite de oliva
• Aguacate
• Mantequilla de maní
• Aceite de maíz
• Mantequilla de almendra
• Queso cottage bajo en grasa

Estas grasas son grasas saludables, es muy importante limitar mucho el consumo de colesteroles malos y las grasas saturadas como las frituras, los quesos grasos, la mantequilla, la leche entera y todos los aceites vegetales que son altos en grasas “trans”. El consumo de grasas saludables ayuda a elevar los niveles de colesterol bueno (HDL) y a bajar los niveles del malo (LDL).

Hay que intentar no consumir en exceso embutidos, vísceras, grasas animales excepto el pescado, pasteles elaborados con huevo, leche entera, quesos grasos, bollería industrial, etc.

El consumo de grasa es, por tanto, imprescindible para el ser humano puesto que, para garantizar la salud, debe llevarse a cabo una ingesta adecuada de los nutrientes básicos o esenciales que están en una alimentación variada y equilibrada.

Sin embargo, esta ingesta de grasas debe hacerse en proporciones adecuadas para conseguir que haya un equilibrio entre la energía o calorías ingeridas, a través de los alimentos y bebidas, y el gasto calórico. Por ello, en una alimentación saludable y equilibrada se debe consumir todo tipo de alimentos para conseguir un aporte variado y completo de los nutrientes principales: hidratos de carbono, proteínas y grasas, siempre en las proporciones adecuadas, controlando las raciones y con un consumo moderado. Los alimentos grasos son alimentos con muchas calorías y bajo poder saciante que hacen apetecibles y sabrosos los platos, pero el exceso de consumo de grasa no es saludable, debido a que conduce a un aumento de peso no deseado.

Estas recomendaciones vienen de la mano con el comprender que hay cuerpos distintos. Hay quienes son sumamente delgados por naturaleza y está bien. Hay quienes aún en su mejor peso, tienen caderas anchas, o brazos enormes. Venimos en todas las formas y colores.

El secreto está en no obsesionarse al punto en que estás haciéndote daño. Mientras tú seas feliz ejercitándote, y estés cuidando tu cuerpo, todo estará bien. ¡Eres perfecto tal y como eres! ¡Quiérete!

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