
La tradición del barrio bravo es la compra fayuquera, pero en medio de ese caos de gritos de “bara bara” y pasillos estrechos llenos de gente, hay una luz en el camino. En especial para quien guste de la cerveza más allá de las micheladas y gomichelas. Aquí también hay chela artesanal, etiquetas de lúpulo, malta y cebada en un lugar inesperado. Para llegar a él, puedes hacerlo a pie desde el metro estación Lagunilla, Tepito, o bien, caminando desde Garibaldi.
Después de pasar por los puestos de ropa, fundas y micas para el celular, perfumes, consoladores y todo lo necesario para armar el ‘pachekit’, se llega al destino esperado: Cervecería Tepito, comandada por Javier Pérez (y familia), un amante de la chela que prefirió abrir un local familiar que un tugurio de giro negro.

Su local es sencillo: al principio no vas a saber ni a dónde voltear a echarle un ojo. Las paredes están tapizadas de corcholatas, gorras dedicadas a San Juditas y muchas botellas de cerveza de todo el mundo. Don Javi (como le llaman) es un apasionado del tema. Nomás toma tantita confianza y no te suelta porque quiere enseñarte las novedades del local. Puede pasar horas hablando de ello y de la historia de su barrio.