Magdalena Carmen Frida Kahlo nació un 6 de julio hace 109 años. Una mujer que sin saberlo ha marcado tendencia más allá de su tierra natal. La mexicana se movió en el ambiente de los grandes artistas de la época. Kahlo creó su propio estilo. Una pintura personal, colorista, ingenua y metafórica. Cada bosquejo es una alegoría de sensibilidad, reflejo de los acontecimientos que marcaron su vida.

Frida Kahlo sufrió a los dieciocho años un accidente que la dejó postrada en la cama durante una larga convalecencia. Al respecto, la artista comentaba que tras sufrir este brutal atropello perdió su virginidad. Durante esta etapa pintó su mundo psicológico.

Así, el universo Kahlo se hizo visible en toda Latinoamérica por su intimismo y surrealista. Época en la que contrajo matrimonio con el muralista Diego Rivera. Un matrimonio que inspiró una de sus obras más delicadas Frida y el aborto. Este cuadro lo pintó tras sufrir un aborto que le afectó a lo más hondo de su corazón.

«La pintura ha llenado mi vida. He perdido tres hijos y otra serie de cosas que hubiesen podido llenar mi horrible vida. La pintura lo ha sustituido todo. Creo que no hay nada mejor que el trabajo» (Frida Kahlo)

Es imposible separar la vida personal de las obras de Frida, ella es sujeto y objeto de su pintura. Entremezcla elementos impresionistas y surrealistas con la temática popular.

En sus lienzos, los autorretratos son los más intimistas. En ellos, expresó sus fantasías, sentimientos, relación con Diego Rivera, con su cuerpo, sentimientos que iban y venían derivados de sus enfermedades por el accidente juvenil. Todo, manifestado por medio de un lenguaje pictórico y vocabulario propio. Las representaciones de Frida Kahlo rompieron tabúes especialmente sobre el cuerpo y la sexualidad femenina.

Por todo ello, es símbolo del feminismo y de la moda. En la sociedad de su tiempo, la mujer jugaba un papel supervisado por el varón. Frida, rompiendo cánones, encarnó a la dama fuerte, autosuficiente, colorida y con rasgos varoniles. En los autorretratos, la artista quiso representar ambigüedad con rasgos masculinos en su rostro. De ahí, sus prominentes cejas que llegaban a juntarse y su incipiente bigote.

Hoy en día es símbolo porque supo romper con la visión de lo femenino que se dibujaba desde el mundo masculino. Creó un nuevo tipo de identidad para la mujer.

Los que nunca imaginaría Kahlo es que se convertiría en un icono de moda. Su estilo propio con combinaciones exóticas de vestidos tradicionales y modernos fue y es mirado con lupa por los fashionistas. El furor de sus looks desfilan por las pasarelas de alta costura de la mano de diseñadores como Karl Lagerfeld, John Galliano, Dolce & Gabana, Alexander McQueen o Jean Paul Gaultier.

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