ESTOCOLMO, SUECIA.- ¿Puede existir alguien que en su sano juicio, desdeñe al Premio Nobel? Aparentemente si y su nombre es Bob Dylan. Y es que para el músico y poeta estadunidense, existen compromisos más primordiales que el acudir a recibir su Premio Nobel, este 10 de diciembre.

De acuerdo con Annika Pontikis, jefa de relaciones públicas de la Fundación Nobel, la determinación de Dylan, si bien es poco común, es igualmente respetable. Y es que de acuerdo con ella, no acudir a la ceremonia no significa que el cantante y poeta no reciba la gratificación económica, puesto que ha hecho pública su intención de aceptar el premio. «Si tiene otros compromisos -agrega- y los considera más importantes, bien por él. Pero en realidad, parece que tiene una mente un poco complicada».

Según la agenda de conciertos de Dylan, el cantante tiene compromisos programados hasta el 23 de noviembre.

Contrario a lo que pudiera especularse, el músico y poeta no es adverso a los premios: ha recibido varios a lo largo de los años, como la Medalla Presidencial de la Libertad, que le entregó la Casa Blanca en 2012. Un año después se convirtió en el primer rockero en ingresar a la Academia Estadunidense de las Artes y las Letras, que lo convirtió en miembro honorario.

En el 2000, Dylan viajó a Estocolmo para recibir el Premio Polar de Música, entregado por el rey Carlos XVI Gustavo de Suecia.

jcrh