
CIUDAD DE MÉXICO.- La persistencia y disciplina de Japón podrá apreciarse gracias a la renovación de la sala dedicada al país asiático en el Museo Nacional de las Culturas, ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
La Sala Japón. La tierra del Sol Naciente, que contiene 120 piezas sobre el arte y aportaciones de dicho país, fue renovada bajo la curaduría de la antropóloga Silvia Seligson, especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
En un comunicado, el INAH explicó que la nueva sala fue dividida en cuatro áreas: Concepción de la muerte: ritos funerarios, Influencia de la cultura china, Creencias y costumbres tradicionales, y Aportaciones.
Seligson recordó que se trata de la segunda renovación de la sala, la primera también estuvo a su cargo, hace 27 años, y explicó el contenido y sentido de las cuatro secciones y de la primera refirió que según las creencias japonesas al morir, el alma deja el cuerpo y se marcha al País de la Sombra.
Lugar donde es liberada mediante rituales realizados por sus familiares, añadió al apuntar que la tradición de enterramiento pasó por diferentes etapas en Japón siendo unas de ellas el enterramiento en vasijas y la cremación, y la sala muestran varios ejemplos.
Dentro de la segunda se muestra la influencia de la cultura china en Japón, como lo es la escritura, que primero adoptó pero que durante el periodo Heian (794–1185 d.C.) desarrolló un alfabeto complementario que le llevo a desarrollar un perfil propio.
Otros rasgos adoptados de China fueron la adopción entre los siglos VI y VIII de un sistema centralizado de gobierno o el budismo, con sus expresiones artísticas, originario de India pero que ingresó procedente del gigante asiático a través de Corea.
De la tercera división, Creencias y costumbres tradicionales, la antropóloga puso como ejemplos el shinto, religión nativa en la que se venera a los ancestros, a seres mitológicos e históricos y a los fenómenos naturales.
Asimismo, continuó, los kami son sus deidades e incluyen a una amplia gama de seres sagrados, animados e inanimados con poderes extraordinarios, entre muchas otras creencias.
Sobre el último apartado, Aportaciones, dijo que se abordan las contribuciones importantes de la cultura japonesa, entre ellas el trabajo de la laca, arte creativo y distintivo que surgió a partir de la introducción de piezas de origen chino en el siglo VII, y que la sala permitirá ver su influencia en este tipo de trabajo en México.
Mencionó también los biombos, las xilografías o estampas conocidas como ukiyo-e.
El INAH recordó que desde su apertura, en 1965, el Museo Nacional de las Culturas cuenta con una sala permanente dedicada a Japón, curada en su inicio por la especialista Yoshiko Shirata Kato, y que en 1989 fue actualizada por Silvia Seligson, que ahora lo hace de nuevo.
con información de Notimex
jcrh