BARCELONA, ESPAÑA.- Lionel Messi derrotó al Manchester City. Un «hat trick» del delantero argentino, sentenció el juego y como ha ocurrido recientemente, complicó el regreso de Pep Guardiola al Camp Nou. Y es que la historia se ha venido repitiendo: expectación, mucho respeto por el rival y al final Messi… siempre Messi.
El respeto que se mostraron Luis Enrique y Pep Guardiola se plasmó en el césped entre los dos equipos. El City dejó claro desde el inicio que quería la pelota, una circunstancia a la que no está habituado el Barcelona, y ante la que los locales se encontraron un poco perdidos.
Claro que hay que señalar, que las salidas en contragolpe de la «MSN», consiguieron llevar más peligro que toda la posesión del conjunto inglés.
Una vez más, en un duelo de ajedrez, el factor diferencial fue Messi. El gol dio alas a un Barcelona que tuvo el 2-0 en un cabezazo de Rakitic. Sin embargo, como le ha estado pasando al conjunto de Luis Enrique, la irregularidad permitió al City crecer, y mucho.
Al descanso permaneció el 1-0 de milagro porque la cabeza de Stones así lo quiso. El central, petición expresa de Guardiola este verano, remató solo en el segundo palo al zafarse de un marcaje pasivo de Suárez. Los ingleses cantaron el gol. No lo fue por centímetros.
El City comenzó la segunda mitad como terminó la primera pero Guardiola no se atrevió a dar entrada al Kun Agüero.
Un mal despeje le dio al balón a Luis Suárez con el portero cinco metros fuera de su área. El chileno sabía que la pelota del uruguayo iba para dentro y sacó las manos. La expulsión no tuvo discusión y Bravo se fue ovacionado por la que fue su afición hasta hace unos meses.
Con dos cambios realizados, la posibilidad de que Agüero entrase al terreno de juego era mínima, y más instantes después. Messi lo hizo fácil y en el primer tiro a puerta a Caballero, el 2-0 subió al electrónico.
El City estaba deshecho. Gundogan, uno de sus mejores hombres, también perdió la concentración. El centrocampista dio un pase sin sentido atrás. Allí apareció Suárez. El «9» podía tirar, pero prefirió regalar el triplete a Leo Messi.
El argentino es muy agradecido con los errores de los rivales. No falla una y volvió a amargar una tarde de Champions a Guardiola. Quien fuera su ángel de la guarda ya es la peor pesadilla de Guardiola. Por si no fuera todo, Messi todavía se permitió forzar un penalty para dejárselo a Neymar, quien excedido en sus habilidades, lo fallaba. Aunque claro, no se necesitó más que un minuto para que el brasileño se redimiese con un golazo que dejó el lapidario 4-0.
De esta forma, se cumplió el cuarto partido consecutivo sin ganar de los de Guardiola entre Premier y Champions. Los errores en la defensa condenaron a los ingleses. Y Messi, bueno… ¡sos grande!
jcrh