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Columna – Desde los once pasos: Rumbo al fatalismo

Columna – Desde los once pasos: Rumbo al fatalismo
Por José Manuel Ampudia

“Que no apaguen el avión, no nos tardamos”, “que la selección no juega a nada”, “las malditas rotaciones”, “la fiesta en el día de descanso”, “la falta de carácter y liderazgo” y la lista de comentarios, memes, chistes, y negativismo continua una y otra vez alrededor de la selección mexicana.

Somos muy creativos, somos un gran país con un gran ingenio pero con una falta de ilusión y mentalidad que impacta a propios y extraños. Y la realidad es que la Selección Mexicana, línea por línea, es inferior a la alemana, superior a la coreana y competitiva contra la sueca.

Pero es hora de creer en algo más que nuestro ingenio y creatividad, es hora de ver los
argumentos en la mesa y fundamentar que vamos a encarar una copa del mundo de forma
competitiva, que vamos a sacar el pecho de la camisa verde, y enfrentarnos a la campeona del mundo.



Es tiempo de ilusionarse en que le podemos competir a alguien que es superior; con carácter, con valor, trabándolos en media cancha, metiendo duro la pierna, corriendo más que ellos a lo largo y ancho del a cancha. Al final del día son 11 contra 11 y la balanza no está del lado mexicano pero si la valía que puedan demostrar durante 90 minutos.

Dejemos a un lado las burlas, dejemos las críticas y el pesimismo, dejemos de insultarnos unos a otros y exhibir nuestras fallas. Si hablamos de la selección, empecemos a creer en los buenos arqueros que salvaguardan nuestra meta de la mano de Ochoa, Talavera y Corona, empecemos a creer en Moreno y Salcedo, en Layún y su impresionante mentalidad, en la seguridad de Guardado, en la claridad de Herrara, en el remate de media distancia de Marco Fabián, en la garra de Oribe Peralta, en la vertiginosidad de Lozano y Vela, en el Chicharo y su presencia de área.

Empecemos pronto a creer en algo y dejemos a un lado éste pesimismo que envuelve a la
selección pero que es tan sólo un reflejo de nosotros cómo país.

Si esta selección muere mañana, si esta selección falla contra Alemania, no llega al quinto partido o no pasa la fase de grupos. Morirá de algo, de algo que es difícil de entender y más de explicar.



De nuestro lado, del lado de los espectadores, empecemos también a creer, creer en algo que tal vez nosotros tampoco podamos pensar, pero que nos va a hacer mañana pintarnos la cara, ponernos la verde y gritar como país hasta rasgarnos el pecho y el alma.

 

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