FRANCIA.- No todos los días, se puede eliminar a un consagrado como Inglaterra. Esto fue precisamente lo que hizo el lunes, la selección de Islandia al derrotarle 2-1 en juego de octavos de final de la Eurocopa 2016.
Gritos, lágrimas, besos: pocas veces se había visto ese clima en un país caracterizado por su tranquilidad. Algo único estaba ocurriendo.
El lunes por la noche, unos 10.000 simpatizantes se juntaron frente a la pantalla gigante instalada en el parque Arnarholl, en el centro de la capital Reykjavik, para observar el partido.
Su mayor logro deportivo antes de esta histórica victoria había sido una medalla de planta en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 por parte del equipo masculino de balonmano.
Como en anteriores ocasiones, el comentarista islandés Gudmundur Benediktsson ya casi no tenía voz. «Es el final. No me despierten nunca más. No me despierten jamás de este sueño de locos. ¡Islandia… va al Stade de France… el domingo! Francia-Islandia. Inglaterra se va a casa. Salgan de Europa. ¡Vayan a donde quieran! Inglaterra 1, Islandia 2, es el marcador final», gritó al micrófono.
Y si bien esta victoria tiene tintes de histórica, es justo decir que desde hace tiempo, se viene considerando a Islandia como «un caballo negro», en especial luego de que en septiembre del 2015, derrotara en Ámsterdam 1-0 a la selección de Holanda. Este triunfo, ayudó a que el país abrazara su histórica clasificación a este torneo.
El domingo su rival será el anfitrión Francia en el Stade de France, por un boleto en semifinales. Pero pase lo que pase «cuando los chicos vuelvan a casa, sin importar el momento, van a ser héroes nacionales», decía el futuro presidente Gudni Johannesson, apasionado del futbol que fue elegido el sábado como jefe de Estado.
jcrh