FRANCIA.- La presente semana, ha sido todo menos buena para el deporte ruso. En la Eurocopa Francia 2016, su escuadra fue eliminada en la fase de grupos. Por otro lado, debido al escándalo de dopaje, sus atletas quedaron marginados de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Estos acontecimientos, han dejado al deporte ruso en una profunda crisis… especialmente si recordamos que será la anfitriona del Mundial 2018.
Para sumar otra «mancha» al anfitrión de la próxima Copa del Mundo, los «hooligans» protagonizaron graves incidentes en las calles de diversas ciudades francesas y muchos de ellos fueron expulsados tras haber sido arrestados. La prensa criticó con dureza a la selección del DT Leonid Slutsky tras su caída por 3-0 ante el debutante Gales en el último partido del Grupo B del torneo continental, donde tenía como objetivo mínimo superar la primera ronda.
Pero la selección rusa se despidió de Francia muy temprano tras haber sufrido dos caídas (también perdió ante Eslovaquia, 2-1) y con sólo un punto, recogido con su agónico empate 1-1 en el debut ante Inglaterra. La mala campaña en Francia llevó a Slutsky a presentar su renuncia al cargo tras haber asumido apenas el 7 de agosto del año pasado, cuando reemplazó al italiano Fabio Capello.
El desafío ahora para las autoridades de la Federación de Futbol de Rusia será organizar una selección competitiva de cara a la Copa del Mundo que organizará dentro de dos años, ante rumores del posible arribo del DT chileno Manuel Pellegrini.
La crisis de la selección de futbol rusa comenzó luego de la Eurocopa 2008, edición en la que, de la mano del holandés Guus Hiddink, llegó hasta semifinales. En la edición del torneo continental disputada cuatro años más tarde en Ucrania y Polonia la selección rusa resultó eliminada en la fase de grupos, al igual que ahora en Brasil y que en el Mundial de Brasil.
La prensa local consideró que las millonarias inversiones del gigante petrolífero Lukoil en el Spartak de Moscú; de Gazprom, líder mundial en la exportación de gas, al Zenit San Petersburgo; y del banco Vtb en Dínamo de Moscú buscando revitalizar la liga rusa, fueron contraproducentes, puesto que convirtió al torneo ruso en un campeonato de importación en el que se postergaban los valores locales.
Asimismo, se resalta el problema de la edad, pues la selección rusa presentó el segundo plantel «menos joven» de la Euro 2016, con un promedio de 28,3 años. La Federación planea introducir en la próxima temporada un límite de seis extranjeros para cada equipo para intentar darle lugar a los juveniles ascendientes.
jcrh