FRANCIA,-   Tras sus victorias en la primera jornada, Alemania y Polonia firmaron tablas en su segundo choque en el Grupo C en un duelo muy entretenido en le Stade de France.

Con las gradas de Saint-Denis llenas a reventar de aficionados alemanes y polacos, el partido arrancó con un ritmo espectacular, propio de una rivalidad especial entre vecinos. Alemania tenía algo más el balón, pero una Polonia muy concentrada no dejaba demasiadas opciones.

Robert Lewandowski y Arkadiusz Milik tiraban de la selección polaca peleando arriba y dando problemas de forma constante a Mats Hummels, que volvió a la titularidad tras superar sus molestias, y a Jérôme Boateng. Por su parte, Alemania intentaba trenzar con Toni Kroos y Mesut Özil bastante activos en el centro del campo, pero el entramado defensivo diseñado por Adam Nawałka resultaba infranqueable.

Solo alguna ocasión aislada, como un remate de Julian Draxler o un disparo lejano de Sami Khedira, inquietaron a la zaga polaca antes del descanso. El segundo acto empezó mucho más movido, de hecho Milik tuvo una ocasión de oro nada más comenzar la reanudación tras un centro de Kamil Grosicki que el ariete del Ajax no acertó a conectar con efectividad cuando estaba totalmente solo ante la puerta germana.

Pese al fallo, los polacos cogieron confianza con la ocasión y se mostraron algo más valientes a la hora de buscarle las cosquillas a Alemania. Milik en una falta en el minuto 59 volvió a amenazar a Manuel Neuer, y Lewandowski también la tuvo en un remate que finalmente desbarató Boateng.

Tras unos minutos de agobio polaco, el combinado de Joachim Löw logró templar un poco el partido para buscar de nuevo el gol. Entró en el campo André Schürrle por Mario Götze, pero fue de nuevo Milik el que falló una ocasión clara antes de que Özil respondiera obligando a Łukasz Fabiański a realizar una intervención de mérito.

Con menos de 20 minutos por jugarse entró Mario Gomez para aportar todavía más pólvora al combinado germano, que sobre todo con la entrada de Schürrle había ganado peligrosidad por banda izquierda.

Pero en la recta final ambas selecciones parecieron firmar un pacto de no agresión, sin duda también forzadas por el cansancio y los puntos se repartieron en el Stade de France.

El central alemán estuvo impecable a la hora defender a su compañero en el Bayern Lewandowski y a su compatriota Milik. Eficaz en el juego aéreo como siempre y muy atento al corte. No perdió la concentración ni un segundo.

Las defensas se impusieron a los ataques. Si bien algunos arietes no tuvieron la noche, como fue el caso de Milik, el trabajo defensivo de ambas selecciones fue excelente y los porteros estuvieron solventes cuando tuvieron que trabajar.

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