ANKARA,- El Villarreal se suele tomar la Liga Europa como una competición de segundo nivel, un torneo apto para dar descanso a los titulares habituales y rodar a los que menos minutos acumulan. Puede funcionar ante equipos de perfil bajo pero a veces cuesta sustos como el que se llevó en Ankara, donde el equipo de Fran Escribá estuvo cerca de dejarse el liderato del grupo. Lo evitó su reacción en la segunda parte, ante un rival, el Osmanlispor, que exhibió los motivos por los que aún no conoce la derrota en su estadio, donde nadie tampoco nadie había marcado en competición europea hasta que lo hicieron los castellonenses.
El exceso de confianza con que saltó el Villarreal al estadio Osmanli lo castigó Raul Rusescu, un delantero que pasó sin pena ni gloria por el Sevilla hace algunas temporadas y que en apenas un minuto puso patas arriba un partido que quizás exigía del Villarreal algo más que un montón de suplentes arropando a Bruno y Castillejo. Había salido con ganas el Osmanlispor, presionando, anticipándose y rondando el área castellonense, aunque la primera ocasión fuera para N’Diaye -el del Villarreal-, que remató muy cerca de la escuadra un buen centro de Rukavina.
Pero mediado el primer tiempo se rompió el partido en uno de esos contragolpes que tanto daño hicieron a la defensa amarilla.El lateral Vrsajevic recibió un balón largo a la espalda de José Ángel y enfiló hacia el área, donde envió al segundo palo para que Rusescu marcara a placer. Nada más sacar el Villarreal de centro, le robó N’Diaye -el del Osmanlispor- la cartera a Jonathan dos Santos y lanzó otro contragolpe letal.
Recibió Rusescu en la frontal y sacó un zapatazo que pilló mal posicionado a Andrés Fernández.El fútbol del Villarreal era tan irreconocible como su alineación, incapaz de controlar el partido y de hacer daño a partir de la recuperación, recurso que explotó ante el Celta. El equipo de Escribá apenas se acercó con peligro por la portería turca y la única intervención de Arikan, el habitual portero suplente del conjunto turco, la forzó Santos Borré con un disparo que el guardameta desvió con apuros salvando un gol que hubiera podido meter a los castellonenses en el partido.
Lo hizo, en cambio, una polémica acción ya tras el descanso. Pato recibió dentro del área y fue arrollado por detrás por Guven, recambio de un Lawal que abandonó el césped lesionado y llorando. Además de señalar penalti, el árbitro israelí expulsó al jugador del Osmanlispor pese a que no era el último defensor. Desperdició Bruno la pena máxima, despejada por Arikan, pero no importó porque el consiguiente saque de esquina lo remató N’Diaye de primeras a la red.Contra un rival en inferioridad por fin se vio el mejor Villarreal, empujado por un Pato que no paró de intentarlo hasta que acabó firmando el empate.
Llegó éste tras una buena jugada por banda, con pase de Rukavina desde linea de fondo para el remate franco del brasileño, que lo había intentado antes en un par de disparos que no encontraron puerta por muy poco. Pero cuando parecía tener a su rival contra las cuerdas, cesó la ofensiva de los amarillos, que dieron la sensación de darse por satisfechos con rescatar un punto. No funcionó, en ese sentido, la apuesta de Escribá por dar entrada a gente como Soriano y Sansone, también a Bakambu, y fue el Osmanlispor quien acabó el partido buscando un triunfo que al final no fue para nadie.
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