MARANELLO, ITALIA.- La Fórmula Uno tiene nuevos duelos, la empresa estadounidense Liberty Media. El nuevo patrón de la máxima categoría, Chase Carey, llega con «la espalda desenvainada» prometiendo cambios importantes en el deporte.
Es un gran deporte, pero claro que puede ser mejorado. Hasta cierto punto necesitamos un nuevo punto de partida. Lo que aportamos es una mirada nueva. No tenemos otra ambición que hacer un deporte fantástico para los aficionados», señaló en su primer día al frente.
Entre algunos de los cambios que tienen en mente tanto Liberty Media como el propio Carey, podría figurar el poner fin a los privilegios que por años ha tenido la escudería italiana Ferrari. ¿De qué estamos hablando? Por inicio la suspensión de un bono anual de 100 millones que la casa de Maranello recibe.
Esta cantidad se le entrega al Cavallino Rampante, como gratificación por su fidelidad a la Fórmula 1, ya que es el único equipo que ha disputado todos los Mundiales de la historia, desde 1950.
Desde la óptica de Liberty Media, la Fórmula 1 está pagando esa fidelidad a precio de oro y entiende, con razón, que ese privilegio juega en contra del fair-play ya que los rivales de Ferrari no tienen las mismas oportunidades. Y aquí pone un ejemplo revelador:
«El bono de 100 millones que recibe anualmente Ferrari es el doble de los ingresos totales que recibe el equipo más pequeño de la parrilla, Manor, que recientemente se ha declarado en concurso de acreedores. En un intento de igualar las fuerzas, Liberty ha sugerido que los privilegios financieros de Ferrari sean redistribuidos entre sus rivales».
jcrh