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Por: Sergio Villaseñor
La F1 anunció la semana pasada que dejaría de emplear edecanes en todas sus competencias para acompañar a los pilotos a la parrilla de salida y durante la ceremonia de premiación, pues esta práctica no se adapta a las reglas sociales actuales.
Con esta decisión a partir del Campeonato Mundial de este año se pondrá fin a la práctica de las llamadas grid girls: edecanes que se usan para llevar a cabo ciertas tareas de promoción, vestidas con prendas que llevan el nombre de un patrocinador. Esta medida se suma a la serie de acciones que forman parte del rediseño más profundo que se está llevando a cabo en la Formula 1 desde que Liberty Media tomó las riendas el año pasado.
Emplear grid girls ha sido un elemento añejo en los Grand Prix. Entre los deberes de estas chicas se incluían, por ejemplo, sostener sombrillas o placas de identificación de los conductores en la parrilla y alinear el corredor por el cual los conductores caminaban en su camino hacia el podio.
Anteriormente, los directivos ya habían dado a conocer su intención de prescindir de las edecanes, dándole un refresh a la Formula 1 al tener ahora como objetivos principales ampliar el atractivo del deporte, atraer nuevas audiencias y establecer conexiones más sólidas con los aficionados existentes.
De esta manera, el tiempo en la parrilla previo a cada carrera ahora será una celebración al deporte y una oportunidad para que los organizadores de cada sede muestren al mundo un poco más sobre sus países o productos en el caso de los socios comerciales, y no un motivo para enfocar edecanes.
Esta decisión pone sobre la mesa el papel que juega la aparición de edecanes en otros deportes como el box, el futbol, el tenis, entre otros. Y es que a través de esta normalización se ha hecho de la mujer, un objeto más dentro de un parque de atracciones hipersexualizado.
El cuerpo femenino como reclamo publicitario es uno de los recursos más utilizados. De las piernas a los senos pasando por partes del cuerpo, a priori, menos sexualizadas, pero dotadas de un doble sentido, con un único fin: aumentar las ventas sea como sea.
Todas estas insoportables justificaciones, mediocres defensas de lo absurdo, no son mas que la repetición de mensajes machistas, falacias discriminatorias y reproducción de frases arcaicas o falsas. La mujer no debe ser utilizada como un objeto sexual, como una belleza estereotipada que sirve de estandarte y punto de atracción para muchos eventos deportivos.