ATLANTA, ESTADOS UNIDOS.- Como nunca antes en su historia, los Halcones de Atlanta estuvieron en el umbral de la gloria… serían campeones de la NFL y lo harían humillando al equipo más potente de los últimos tiempos…

Pero algo pasó, de alguna forma se las ingeniaron para perder una delantera de 25 puntos y eso ante Tom Brady, es algo que no se puede hacer. Cierto, llevaron al Super Bowl LI hasta el tiempo extra, algo que por vez pasada ocurría, pero no serán recordados precisamente por esto.

Tristemente se pensará en ellos, como protagonistas del fracaso más grande de todos.

Así pues, el partido pasa a formar parte de esa historia de fracasos en la que se encuentra también a los Bravos desaprovechando una ventaja de 6-0 en el cuarto partido de la Serie Mundial de 1996, los Halcones buscando desesperados una oportunidad para eliminar a Larry Bird y los Celtics de Boston en los playoffs de la NBA de 1988, y a Danny White dirigiendo a los Vaqueros de Dallas a que se recuperaran de un déficit de 10 puntos en el último período para vencer a los Halcones en un partido de los playoffs de 1981.

Pero la mera verdad, es que nada se le acerca a este nivel de decepción en la historia del deporte.

Los Halcones pasaron dos y medio períodos jugando con fanfarronería y la confianza de un equipo que no estaba preocupado en lo más mínimo sobre la historia de su ciudad.

Incluso en los últimos minutos, luego que los Patriotas despertaran de su letargo, Atlanta estaba en posición de llevarse la victoria cuando Julio Jones logró quedarse con el balón en una sorprendente captura cerca de una de las laterales, ganándole el balón a un defensa y de alguna manera tocar el campo con ambos pies antes de caer fuera de la línea en la yarda 22 de Nueva Inglaterra.

Con cinco minutos restantes y los Halcones aún con una ventaja de 28-20, todo lo que necesitaban hacer era realizar otras tres jugadas y colocarse a una distancia que les permitiera anotar un gol de campo de parte del pateador seleccionado al Pro Bowl Matt Bryant, con lo cual hubieran terminado con los Patriotas.

Devonta Freeman fue derribado para perder una yarda, pero eso estaba bien. Pero luego, en lugar de realizar otra jugada por tierra, Ryan retrocedió para lanzar un pase.

Fue entonces derribado, perdiendo así 12 yardas, y en un santiamén, los Halcones habían quedado fuera del alcance para el gol de campo de Bryant. Y para terminar de arruinar el cuadro, en la siguiente jugada fueron castigados por un «holding» que le echó atrás otras 10 yardas. ¿El resultado de esto? confiar en una defensa que permitió la remontada más grande en la historia del Super Bowl.

jcrh