INGLATERRA,- El Liverpool volvió a ofrecer síntomas de grandeza y asaltó el Bridge con un gran partido en el que se mostró superior al Chelsea. Los de Klopp acabaron con la imbatibilidad de los ‘blues’ gracias a un gol de Lovren y una obra de arte de Henderson. Diego Costa recortó distancias pero la reacción del Chelsea se quedó a medias. Nada que ver con un Liverpool que parece dispuesto a pelear por esta Premier. Carácter y argumentos no le faltan.
El conjunto ‘red’ demostró saber manejarse en las distintas facetas del juego. Domina todos los escenarios, sabe llevar la iniciativa y también esperar y salir con transiciones fugaces. Contiene al rival en sus momentos de fuerte estado anímico y golpea cuando vislumbra síntomas de debilidad. Lo hizo en el Emirates, donde ganó al Arsenal, casi repite en White Harte Lane y ahora reforzó su idea de fútbol total en Stamford Bridge.
Llegó a Londres preparado para decidir a qué se iba a jugar en el partido. Sin Firmino, Klopp presentó un 4-3-3 con Coutinho, Mané y Sturridge en punta de ataque. Pronto avisó el punta inglés, que transmitía la sensación de peligro ‘red’ en cada aproximación al área. El Chelsea, un día más sin Fábregas, se aferraba a las intermitente apariciones de Hazard, demasiado solo en un mal día de Willian y con Diego Costa bien sujeto por la pareja de centrales.
Al cuarto de hora Lovren agradeció un error defensivo del Chelsea en un balón cruzado al área para adelantar al Liverpool con una difícil volea. El partido se equilibró tras el gol pero el Chelsea nunca terminó de plasmar sus intenciones en los últimos metros. El golazo de Henderson pasada la media hora fue un auténtico mazazo para los de Conte. El inglés sacó un grandioso disparo desde cerca de 30 metros y mandó el balón a la escuadra izquierda la meta de Courtois.
Únicamente Matic parecía entonado en el conjunto ‘blue’. Costa se pegaba con toda la defensa ‘red’ pero con pocas posibilidades de éxito. Oscar deambulaba por el campo y Willian hacía la guerra por su cuenta. A Conte aún le queda mucho trabajo por hacer. Y ahí se incluye la gestión de recursos. El italiano tardó 80 minutos en realizar cambios en un partido que perdía ante su público.Antes de esa triple sustitución, Matic sacó una ocasión de la nada con una apertura a banda, posterior incorporación y pase atrás para que Diego Costa mantuviese su idilio con el gol en este inicio de temporada.
Fue un quiero y no puedo del Chelsea, que dominó pero estuvo más cerca de llevarse el tercero que de empatar el choque. Apareció entonces Courtois para sacar un cabezazo a quemarropa de Origi. En el Bridge se acabó la imbatibilidad del Chelsea. Lo hizo el Liverpool, que va camino de ser el visitante más inoportuno e indeseado de esta Premier League. Ese, por cierto, es el primer gran argumento al que se pueden agarrar los de Klopp para discutir este título al resto de candidatos.
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