ESTADOS UNIDOS.- De poco le sirvió a Uruguay la sensacional temporada que tuvo Luis Suárez con el Barcelona, donde logró 53 goles en los 48 juegos en los que vio acción.
Sin embargo una lesión, le privó de ver acción en la Copa América Centenario, y en consecuencia el llamado «Pistolero», se quedó con su arma enfundada, al grado que no pudo jugar un solo minuto. Su conjunto, quedó eliminada y quedará duda sobre qué tanto pudo haber pesado su accionar en el destino de la celeste.
La lesión de Suárez sobrevino el 22 de mayo, en la final de la Copa del Rey que Barcelona disputó ante Sevilla en el estadio Vicente Calderón, en Madrid. Todo iba bien para el uruguayo, cuando en el minuto 57 quiso controlar el balón y sintió un pinchazo en la pierna derecha. De inmediato cayó al piso, y fue sacado del terreno en andas…
El delantero charrúa rompió a llorar de forma desconsolada en el banquillo del equipo azulgrana. Pero sus lágrimas no eran por el dolor, sino porque sabía que la lesión podía comprometerle su participación en la Copa América Centenario, que arrancaría en unos días.
Lesionado y todo el entrenador Tabárez decidió convocarlo a la Copa América Centenario, no sólo para seguir de cerca su recuperación, sino porque Luis Suárez es la chispa de su equipo, el distinto, el que puede ganar un partido en un momento de inspiración individual.
Pero las cosas a la celeste no le salieron como esperaba, y no por causa del goleador del Barcelona, sino porque la mayoría de sus jugadores llegó al torneo arrastrando el cansancio de sus temporadas en clubes europeos.
«Ahora tendrá más tiempo para descansar y recuperarse. Lo necesitamos para las eliminatorias», subrayó el entrenador. Uruguay se mantiene en el primer lugar de la eliminatorias sudamericanas para Rusia 2018 y marcha en busca de su cuarta clasificación mundialista con el Tabárez al frente de la escuadra nacional.
jcrh