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Marc Márquez camino de consolidarse como el mejor

Marc Márquez camino de consolidarse como el mejor

CERVERA, ESPAÑA.- «Si me quitan la moto, me quitan la mitad de mi vida», es Marc Márquez quien a sus 24 años se halla camino de considerarse el mejor de todos los tiempos dentro del motociclismo, ganador de tres títulos del MotoGP. Puede hacer maniobras increíbles en su «jaca» pero en casa, debe respetar las reglas de su madre.

“No pueden dejar toallas mojadas dentro de la maleta”, dijo Roser Alentá. Las instrucciones les quedaron claras a los hijos: colocaron las toallas sobre un radiador para secarlas. “Podrán ser campeones del mundo pero siguen siendo mis hijos, y así se hacen las cosas en casa”, agregó.

Usualmente, los pilotos que se vuelven campeones mundiales —un título que se ha ganado cada uno de los hermanos Márquez— suelen mudarse a paraísos lujosos como Mónaco o Suiza. Pero los hermanos Márquez se quedaron bajo la supervisión de sus padres en la casa adosada que estos últimos adquirieron poco después de que naciera Marc, hace 23 años.



Después de que Márquez termina de viajar por el mundo y de competir ante aficionados que lo adoran, con lo que ha ganado un estimado de 11 millones de dólares al año en las dos últimas temporadas, cada invierno sigue durmiendo en su antigua litera, rodeado de su colección de autos de juguete de la infancia. Durante una visita que hizo en enero, una pila de ropa sin usar ocupaba todo un rincón del dormitorio; era vestimenta enviada por un patrocinador que después aprovecharían los primos de los Márquez.

“Entiendo que haya otras personas que quieran pasar el invierno en un lugar como las Maldivas, pero siempre lo he pasado aquí y realmente quiero seguir haciéndolo”, señaló Márquez. “Por supuesto que mi vida no es exactamente lo que era, pero, si ven a mi equipo —mi familia, mis amigos y mi representante— no ha habido ningún cambio. Y aquí también puedo entrenar con mi mejor amigo, mi hermano”.

El hogar de la familia Márquez tiene una oficina llena de trofeos de la infancia de los hermanos (las motocicletas y los premios más importante están en un museo de su pequeño pueblo). En su dormitorio, Márquez prefiere guardar los regalos que ha recibido de otros campeones —un par de tacos de Gerard Piqué, el defensa del Barcelona, y un casco de Fernando Alonso, el piloto de Fórmula 1— en vez de tener los recordatorios de qué tanto y a qué velocidad ha extendido los límites de su deporte.

En 2013, a sus 20 años y durante su primera temporada en la categoría élite de la MotoGP, Márquez se convirtió en el piloto más joven en haber ganado una carrera, y también fue el más joven en asegurar el título de la temporada, con lo que superó los récords que estableció 30 años antes el piloto estadounidense Freddie Spencer.



“Marc tiene una capacidad única para reconocer lo que tiene que hacer antes de hacerlo; realmente se anticipa”, dijo Spencer en una entrevista telefónica. “Si alguien va a batir tu récord, quieres que sea alguien que pueda aumentar el nivel de todo el deporte… y es claro que todos han tenido que trabajar mucho más duro para poder competir contra él”.

Marc repitió el campeonato en 2014, el año en que él y Álex —quien tenía un título en la clasificación menor de la Moto3— se convirtieron en los primeros hermanos que lograron ser campeones del mundo en motociclismo. Marc obtuvo un tercer título de MotoGP el año pasado, con lo que sumó cinco victorias más a su historial de piloto. El total de 29 victorias que tiene en la actualidad lo coloca entre los diez mejores de todos los tiempos… y aún no cumple 24 años.

El deporte es particularmente popular en Europa, donde los circuitos principales arrastran a más de 200.000 espectadores durante un fin de semana en el que haya prácticas, rondas clasificatorias y carrera. En 2015, Márquez impuso el récord de la velocidad más alta durante una carrera, cuando llegó a 350 kilómetros por hora.

El manejo que tiene Márquez de su motocicleta ha sido tan revolucionario como su éxito, un estilo en el que se inclina tanto en cada esquina que a veces su codo, junto con su rodilla, se vuelve otro punto de contacto para apoyarse en el asfalto.

Después de competir contra pilotos físicamente más fuertes que él, Márquez trabajó para desarrollar un estilo que le permitiera controlar una motocicleta que lo solía rebasar en tamaño, dijo su padre, Juliá. “Marc apenas tuvo cuerpo de hombre hasta los 18 o 19 años”, dijo sobre su hijo, quien mide cerca de 1,70 metros y pesa alrededor de 63 kilogramos.

Durante su temporada debut en el tour mundial como un novato de 15 años, Márquez era tan pequeño que tenían que reducir el peso de su motocicleta en gran medida para que cumpliera los requisitos de peso. A partir de ahí, eligió una hormiga como su emblema para competir, ya que el insecto puede levantar su propio peso multiplicado varias veces.

Sin embargo, Márquez tuvo una ventaja temprana como profesional, ya que llevó a la pista los relámpagos de sus tiempos de reacción, los cuales perfeccionó mientras se derrapaba en el lodo como campeón júnior de motocross en Cataluña.

“El motocross es improvisación: tienes que reaccionar ante hoyos y surcos inesperados. La mayoría de los pilotos de superficies planas realmente no lo han aprendido”, dijo Emilio Alzamora, un excampeón español que observó el talento de Márquez cuando tenía 12 años y quien ha sido su representante desde entonces.

En marzo, Márquez empezará la misión para obtener su cuarto título de MotoGP, y dirige la armada española que ha llegado a dominar las carreras de motocicletas. España es el anfitrión de cuatro de las 18 carreras de una competencia global cuyos derechos comerciales pertenecen a Dorna, una empresa española.

Después de pasar su infancia yendo a carreras con su padre y tío, quienes trabajaban como voluntarios en la organización de competencias de motocross durante los fines de semana, Márquez pidió su primera motocicleta cuando tenía cuatro años. Sus padres le dieron un modelo de segunda mano pintado de blanco y fucsia que en un inicio tuvo estabilizadores para evitar que se cayera al andar.

“Marc ya era como una esponja: absorbía todo lo que hacía un piloto como nadie de su edad”, dijo su tío, Ramón Márquez. A pesar de que le encantaba andar en terreno difícil, Márquez cambió a regañadientes a la pista de carreras después de que la federación catalana creara una nueva competencia y ofreciera comprar el equipo de sus primeros pilotos.

Fue incentivo suficiente para una familia que luchaba para financiar las carreras de piloto de sus dos hijos con los salarios modestos de un padre que operaba una excavadora y una madre que trabajaba de secretaria. Cuando Marc empezó a crecer, sus padres agregaron una tira de tela a su traje de piloto para alargarlo, en vez de comprar uno nuevo. Álex, tres años menor y ahora casi siete centímetros más alto que su hermano, heredó ese traje.

“A veces no cenábamos para poder comprar botas para nuestros hijos”, señaló la madre de Márquez. “La gente ve dónde están Marc y Álex ahora, pero nosotros sabemos que hubo muchos sacrificios para llegar ahí”.

De hecho, los dos padres perdieron sus trabajos por la reciente crisis económica en España y, desde entonces, Julià Márquez ha seguido a sus hijos por todo el mundo. Tiene que sopesar constantemente su preocupación como padre con su aprecio de decisiones como tomar mayores riesgos en espera de que haya una recompensa, las cuales inherentes a las carreras.

“Cuando veo que Marc hace algo muy agresivo, a veces le pregunto si realmente era necesario hacerlo”, señaló. “La respuesta de Marc siempre es: ‘Si no lo intento, no sabré dónde está el límite’”.

Y así como no tiene planes de dejar su hogar en Cervera, Márquez tampoco se puede imaginar a sí mismo siguiendo el ejemplo de Casey Stoner, el excampeón australiano cuyo retiro temprano e inesperado en 2012, a los 27 años, permitió que Márquez ocupara su lugar en el equipo Honda.