Para celebrar los Juegos Olímpicos de 2024, escasos son los aspirantes que pretenden organizar la gran fiesta, porque además del prestigio que pudieran generar, lo que ocasionan al país organizador es una enorme deuda. El honor es cosa del pasado, quizá este hecho se produjo en ocasión de Barcelona 92.

La experiencia recuerda el elevado coste para Atenas 2004 que implicó tuviera un enorme déficit del cual no se recupera; y tiene problemas con la Unión Europea que prestaron grandes cantidades de dinero para salvar su economía, Pekin 2008 o Londres 2012. Para los Juegos de 2024, apenas hay cuatro aspirantes.

Para la edición de 2024, Estados Unidos consideró que Boston podría ser la ciudad estadounidense que cargara con el «orgullo» para organizar la justa olímpica pero ha declinado por el nulo apoyo. Alemania en su caso designó a Hamburgo para cargar con la responsabilidad pero se retiraron después de que el Gobierno local perdieran un referéndum.

La propuesta de Toronto fue suspendida después de que su comité de desarrollo económica votara en contra.

En estos momentos, las cuatro ciudades candidatas son Roma, Budapest, Los Ángeles y París. En Hungría, el Tribunal Supremo ha bloqueado la propuesta de referéndum. En Italia, la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, ha dicho en repetidas ocasiones que se opone a la candidatura, «con una deuda de 13 mil millones de euros, Roma no puede permitirse el lujo de asumir más deudas para construir más catedrales en el desierto”, y el Partido Radical Italiano ha estado recogiendo firmas para forzar un referéndum.

Los Juegos Olímpicos más caros de la historia fueron los de 2014, la inversión fue mayor a 22 mil millones de dólares, para lograr enriquecer a una pequeña minoría. Apenas ocho meses después de la ceremonia de clausura, Sochi fue descrito como un «pueblo fantasma». En 2004 la fiesta deportiva se celebró en Atenas y Grecia desembolsó 10 mil millones de dólares. La situación de la economía helena lleva sumida en una crisis profunda desde finales de 2008.

La Oxford Saïd Business School ha realizado un informe donde desgrana que celebrar este evento es uno de los mayores riesgos financieros para una ciudad y advierte que «el alto coste de los excesos que conlleva organizar unos Juegos, junto con el posible surgimiento de otros factores, debería servir para que cualquier ciudad que esté pensando organizar unos juegos lo reconsidere».

Los próximos Juegos están a la vuelta de la esquina y parece que los brasileños no están muy contentos con la fiesta que se les avecina. En una encuesta del Instituto Datafolha, el más prestigioso del país, el 63% de los entrevistados de todo Brasil opinaron que el evento traerá más prejuicios que beneficios y la mitad de ellos mostró su miedo a quedar en evidencia con el transporte o la seguridad de la ciudad. Además, los datos revelan que la mitad de la población desaprueba que se celebren los JJ.OO.

Los Juegos Olímpicos, que arrancan el 5 de agosto, llegan precedidos de todo tipo de polémicas que van desde las supuestas corruptelas políticas hasta la inseguridad o el mal estado de las instalaciones. Varias delegaciones ya se han quejado de la villa olímpica.

r3