Con información y fotografía de AFP
«No es lo mismo que yo tenga miedo, que el miedo me tenga a mí», explica a la AFP el español Imanol Ibarrondo, el entrenador mental de la selección mexicana, acerca de la preparación psicológica de los jugadores previa al histórico triunfo ante Alemania.
Exfutbolista profesional en la década de los 90, Ibarrondo, nacido en Bilbao hace 51 años, pasea tranquilo por el pabellón deportivo convertido en centro de prensa del Tri en las instalaciones del Dinamo de Moscú.
Un día antes, el equipo mexicano rompió todas las expectativas al batir a la campeona del mundo y el seleccionador Juan Carlos Osorio le dedicó unas palabras.
– ‘Las frases de Iba’ –
«El trabajo mental realizado, con los vídeos y las frases de ‘Iba’ nos han ayudado mucho», dijo el colombiano, que desveló la consigna utilizada para preparar el duelo: «Jugar con el amor a ganar y no con el temor a perder».
«Es un auténtico líder, pero además es muy generoso y comparte todo el mérito», devuelve a su jefe Ibarrondo, gorra y barba blanca, al que Osorio reclutó hace dos años y que después del Mundial iniciará una nueva etapa en la Real Sociedad.
Durante décadas penalizada por su fragilidad mental frente a las grandes potencias -seis eliminaciones consecutivas en octavos-, México rompió la barrera psicológica ante Alemania con un juego descarado y una ambición competitiva que le había faltado en torneos anteriores.
«Cuando yo tengo miedo, el cuerpo segrega adrenalina, que te prepara para la acción y te conecta con la atención, te enfoca a la energía, en la mejor condición para competir; pero cuando el miedo me tiene a mí, segrega cortisol, que paraliza, bloquea y agarrota, consume mucho y te agota», explica Ibarrondo sobre la clave utilizada para cambiar la perspectiva del equipo.
«Intento que enfoquen las cosas no como una amenaza y sí como una oportunidad, para afrontarlas con serenidad y calma», subraya.
Mucho se había escrito sobre todos los obstáculos que tenía que superar el Tri en su aterrizaje en suelo ruso.
En primer lugar las urgencias históricas. Nunca había ganado a Alemania en un partido oficial en sus cinco enfrentamientos y lo tenía que hacer en Luzhniki, ante 80.000 espectadores, y en el inicio de la defensa de su título.
Siguiendo la lógica deportiva, una probable derrota dejaba al equipo luchando por un segundo puesto del grupo F, que le podría llevar a un octavos ante Brasil. Y ahí, la maldición del quinto partido: El Tri solo ha alcanzado los cuartos en las dos ediciones en las que ha jugado en casa (1970 y 1986).
A todo esto se unía una preparación marcada por los capítulos extradeportivos -la fiesta de los jugadores y la salida de la concentración de Héctor Herrera, o los problemas judiciales de Rafa Márquez- y los pobres resultados deportivos -un gol y un triunfo en tres partidos-, con un técnico abucheado en el último partido en el Azteca.
Con estos ingredientes, Osorio sabía que el trabajo psicológico era crucial para el debut. «Si logramos aislar a los jugadores de lo que significa el partido, tenemos una oportunidad», dijo en la víspera.
- La popular frase mente sana en cuerpo sano es una excelente manera de introducir este tema. Es una forma de resumir el modo en el que la mente si juega un papel fundamental en torno al modo en el que se rinde a nivel deportivo.
– ‘Cuando empecé fue un impacto’ –
«Ahora transmiten mucha seguridad, confianza y madurez. No tienen limitaciones. Tienen un partido, ahora es Corea, luego tienen otro… Siempre el siguiente; no hay quinto, ni sexto, ni séptimo», dice Ibarrondo sobre la famosa maldición.
¿Cómo logró conectar un ‘coach’ mental con un lugar tan particular como es un vestuario de fútbol?
«Cuando empecé fue un impacto, tienes 10 minutos para ganarte su confianza, ahí te están analizando, observando y valorando. Tuve la fortuna de que conecté bien y a partir de ahí fue mucho más fácil», relata sobre su llegada hace dos años.
Sobre su método de trabajo, destaca las reuniones colectivas e individuales. Ibarrondo, que normalmente no participa en los entrenamientos, está a disposición de los jugadores cuando desean expresar sus inquietudes.
«Nos llevó a otro nivel y nos abrió los ojos, ahora somos capaces de hablar cosas importantes, distintas», destacó sobre su labor Miguel Layún, una de las voces autorizadas del Tri.