PARÍS,- Portugal disputará la final de la Eurocopa el domingo tras batir a Gales por 2-0. En un partido rácano en fútbol. La figura de Cristiano Ronaldo fue clave, ya que marcó el primer gol y facilitó el segundo de Nani. El madridista, más protagonista que en anteriores partidos, fue decisivo para su equipo. Apareció cuando más les hacía falta.
Portugal jugará su segunda final de la historia en la Eurocopa tras la que perdió en Lisboa ante Grecia en 2004. El fútbol les devolvió lo que les había quitado en 1984 en una semifinal jugada ante Francia en Marsella en que hubo de todo en la prórroga y quedaron eliminados por los ‘bleus’.
La selección de ‘As Quinas’, que ayer no contó con su mejor defensa, con el nuevo Pepe, ha hecho valer en esta fase de eliminación directa, su fuerza defensiva. Sólo encajó un gol ante Polonia, obra de Robert Lewandowski. En el resto, Rui Patricio dejó su portería a cero. Ese era su gran objetivo, lo que más ha trabajado Fernando Santos.
El sueño galés que su técnico, Chris Coleman, decía que no tenía fin, se convirtió en una pesadilla. Estuvieron lejos de anteriores encuentros de este Euro, sobre todo en referencia al de Bélgica. Se quedaron sin poder dedicarle otra gesta histórica al ex seleccionador Gary Speed, muerto trágicamente. Eso sí, se van de la Eurocopa con la cabeza muy alta, siendo el mejor equipo británico en la competición. En su primera fase final de un Euro, han llegado a semifinales. Han hecho historia. Antes sólo llegaron a unos cuartos del mundial de Suecia en 1958.
La primera parte de Portugal-Gales fue impropia de una semifinal del Euro. Los portugueses interpretaron al pie de la letra los deseos de su técnico, de Fernando Santos, de jugar feo pero efectivo, buscando, antes que nada, llegar a la final, como fuera. El medio era lo de menos. Los galeses dieron la impresión de ser algo más ambiciosos, pero tampoco mucho. Adelantaron su defensa, jugaron en bloque con su ya famoso ‘3-5-2’ pero seguían dependiendo demasiado de Gareth Bale. Se notaba mucho la ausencia de Aaron Ramsey y sus pases. Joe Allen era insuficiente para crear jugadas y el madridista retrasaba mucho su posición para participar en la creación con lo que se perdía su presencia en ataque.
Portugal reforzó mucho su zona defensiva ante la ausencia del lesionado Pepe. Santos buscó altura y fuerza en sus hombres. De ahí que ni Moutinho ni Andrés Gomes salieran de inicio y se quedaran en el banquillo. Unos pocos detalles de Renato Sanches y Cristiano dieron fe que los portugueses estaban jugando una semifinal. Guerreiro fue el único jugador vertical.
En esos primeros 45 minutos, Gareth Bale estuvo más activo y hasta tiró una vez entre los tres palos. El galés tuvo, además, una segunda oportunidad en una falta ensayada que engañó a Portugal, pero Bale disparó fuera. CR7, ni eso. Cristiano debió conformarse con pedir un penalti por agarrón de Collins que le sujetó dentro del área. El portugués estuvo más activo que en otros partidos, estuvo más participativo, más solidario, pero apenas existió en ataque.
Pareció el partido a aquellos combates de boxeo en que los dos púgiles se van marcando con golpes sin fuerza, asalto tras asalto a la espera de poder conectar un buen ‘crochet’ que tumbe al rival a la lona. Lo dejaron todo para la segunda parte. En la primera mitad ni siquiera presionaron al otro equipo para arrebatarle el balón. Eso se lograba porque uno y otro fallaban en pases no forzados, sobre todo los defensa galeses, muy inseguros, al igual que su portero Hennessey, muy dubitativo en las salidas.
Todo parecía que iba a seguir igua tras el descanso, hasta que apareció Cristiano Ronaldo. Fue en un saque de esquina que había cedido King. Guerreiro puso un centro medido para que CR7 conectara un cabezazo imparable para Hennessey. Fue un remate perfecto en el salto y en la forma que conectó la cabeza con el balón. Un gol de crack (49’). Con ese gol, el tercero de este torneo, Cristiano atrapaba como máximo goleador del Euro a Michel Platini con nueve goles, claro que el francés lo logró en una sola edición, la de 1984 en Francia.
País de Gales acusó el golpe. Y antes de que recompusiera sus líneas llegó el segundo mazazo. Fue otro remate duro de Cristiano que desvió en el área pequeña un hasta entonces inoperante Nani (53’). Era el 2-0 que servía para que Portugal sacara billete para la final del domingo, la segunda que diputará en su historia.
La semifinal dejó claro que Portugal era más equipo, que tenía mejores individualidades. Chris Coleman intentó arreglar lo que era irreparable y modificó el equipo pasando a un ‘4-4-2’ y metiendo todos los atacantes que podía. Era ya demasiado tarde, aunque el orgullo de Gareth Bale logró un buen remate a la desesperada. Fernando Santos metió a André Gomes por Renato Sanches y a Moutinho por Adrien Silva. Parecía que quería conservar el balón.
CR7 mató al dragón, pero su espíritu sigue vivo. País de Gales ha hecho un gran Euro, se ha ganado el respeto de todos en su primera fase final de una Eurocopa que ha disputado en su historia. Portugal está en la final. Este jueves sabrá su rival, si la Alemania campeona del mundo o Francia, la organizadora. Será una finalísima inédita en la historia. Y la selección lusa tendrá un día más de descanso que alemanes o franceses. Atentos.
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