Sin ser una novedad, esta presencia femenina en las gradas es rara en una república islámica donde las mujeres no tienen derecho a acudir al estadio a ver a hombres jugar al futbol.
Con banderas iraníes, las aficionadas fueron colocadas en una tribuna separada de los hombres y asistieron al triunfo de su selección por 2-1 contra Bolivia.
Poco antes, el sitio de internet Varzesh3, especializado en la información deportiva, indicó que las autoridades locales habían permitido a un número limitado de mujeres asistir al encuentro: familiares de los jugadores y técnicos, miembros de los equipos femeninos, empleadas de la federación y algunas aficionadas.
Desde el triunfo de la revolución islámica en 1979, las mujeres tienen prohibido el acceso al estadio en los partidos de fútbol masculinos, oficialmente para protegerlas de acciones groseras de los hombres.
Esta medida es regularmente criticada en el seno del propio sistema político iraní.
El presidente iraní Hassan Rohani, que se jacta de ser moderado, expresó en varias ocasiones su voluntad de ver a las mujeres acceder a los estadios, pero este proyecto choca con la oposición del clan ultraconservador.
El 26 de junio, sin embargo, varias miles de mujeres, acompañadas de miembros de sus familias, habían sido autorizadas a entrar en el estadio Azadi para una retransmisión en directo en pantalla gigante del partido Irán-Portugal durante el Mundial en Rusia.
En septiembre de 2017, un pequeño número de mujeres elegidas en el Parlamento habían sido autorizadas a asistir a un partido de clasificación al Mundial de Rusia entre Irán y Siria.
Información e imagen: AFP
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