Imagen: AFP
- Doha aspiró a los Juegos Olímpicos de verano de 2016, 2020 y 2032 y Qatar planea diversificar su economía más allá de la energía.
- Como en el caso del Mundial, unos Juegos Olímpicos en Doha necesitarían muy seguramente un cambio de fechas respecto a las habituales de julio y agosto.
- Qatar no es el único que sueña con ser sede olímpica. Turquía lo ha intentado cinco veces y Arabia Saudita contempla una doble candidatura para el Mundial de futbol de 2030 y los Juegos Olímpicos de 2036.
Después del Mundial de futbol de 2022, Qatar quiere reforzarse como «líder mundial en el deporte» y aspira a albergar los Juegos Olímpicos en 2036. Sin embargo, el camino para ello parece todavía largo y lleno de obstáculos.
El emirato recibió múltiples críticas durante los preparativos mundialistas. Desde cuestiones relacionadas con los derechos humanos a su balance medioambiental. En el otro plato de la balanza, el país puede vanagloriarse del éxito organizativo del evento —con un costo estimado de 300,000 millones de dólares— y de las infraestructuras construidas.
Doha aspiró a los Juegos Olímpicos de verano de 2016, 2020 y 2032 y Qatar planea diversificar su economía más allá de la energía; ahora apunta para ello al deporte y al turismo. Por eso se plantea una nueva campaña para 2036, según responsables deportivos.
«El Comité Olímpico Internacional (COI) no lo ha querido y creo que después del Mundial va a ser exactamente igual», advierte Jean-Loup Chappelet, especialista del movimiento olímpico de la Universidad de Lausana, preguntado por la AFP.
«Ante cualquier otra candidatura, Qatar no tiene ninguna opción», estima, subrayando que ahora «el COI busca evitar las inversiones que hagan dispararse los presupuestos» y la inscripción del respeto a los derechos humanos en el contrato de la ciudad anfitriona.
«Goles en propia puerta»
El cambio de fecha del partido de apertura del Mundial, a tres meses de la competición, fue muestra de «falta de profesionalidad». También el cambio de postura sobre la venta de cerveza en los alrededores de los estadios dos días antes del inicio del evento. Para Chappelet, se trata de «errores» que pueden pesar a la hora de evaluar una candidatura olímpica.
Qatar y la FIFA «marcaron varios goles en propia puerta», estimó a la AFP Michael Payne, director de marketing del COI entre 1983 y 2004. Sin embargo, admite que la cuestión del alcohol «se olvidó rápido» y «la mayoría de la gente, viendo lo que Qatar ha hecho, destaca que no estuvo mal».
Como en el caso del Mundial, trasladado al otoño de Qatar para escapar de las altas temperaturas del verano local, unos Juegos Olímpicos en Doha necesitarían muy seguramente un cambio de fechas respecto a las habituales de julio y agosto. Hay precedentes en la historia, como por ejemplo los de Tokio en 1964 (10-24 de octubre) o los de Seúl en 1988 (17 septiembre-2 octubre).
Siete de los ocho estadios del Mundial de fútbol estaban climatizados y el responsable de su sistema de aire acondicionado estima «realizable y posible en términos de ingeniería» climatizar, por ejemplo, el recorrido del maratón.
Saud Abdulaziz Abdul Ghana, apodado «Dr Cool», aseguró por su parte a la AFP que no había sido contactado en relación a un proyecto olímpico.
«Candidaturas comunes»
En la región, Qatar no es el único que sueña con ser sede olímpica. Turquía lo ha intentado cinco veces y Arabia Saudita contempla una doble candidatura para el Mundial de futbol de 2030 y los Juegos Olímpicos de 2036, que no serán atribuidos antes de 2025, como muy pronto, señalan diversas fuentes.
Danyel Reiche, profesor en la Universidad Georgetown de Doha, afirmó a la AFP que el Mundial-2022 «revitalizó la unidad árabe y el panarabismo», después del bloqueo diplomático impuesto a Qatar por parte de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Egipto entre 2017 y 2021. «¿Pero por cuánto tiempo?», se preguntó.
Aboga por «candidaturas comunes para los eventos deportivos continentales y mundiales (…) que podrían tener como dividendo una paz duradera».
La primera incursión destacada del emirato en los grandes eventos deportivos se remonta a los Juegos Asiáticos de 2006. Organizará la próxima Copa de Asia de futbol en 2023, el Mundial de natación en 2024, el Mundial de tenis de mesa en 2025 y los Juegos Asiáticos en 2030. En 2015 había acogido el Mundial de balonmano y en 2019 el de atletismo.
Qatar es sede además de una cita del Mundial de motociclismo desde 2004 y recibirá a la Fórmula 1 a partir de 2023, y a las competiciones de resistencia desde 2024. Se ha fijado también ser «el número 1 en el automovilismo», según Akbar Al Baker, dirigente de Qatar Tourism.
El fondo de inversión deportiva catarí QSI, propietario del París Saint-Germain y accionista del portugués Sporting de Braga, lanzó este año un nuevo circuito profesional de pádel, Padel Premier.