LONDRES, INGLATERRA.- Red Bull no cree en cábalas ni mala suerte y mucho menos le espanta el número 13. De ahí que su nuevo bólido para la campaña 2017 de la Fórmula Uno, haya sido precisamente bautizado como RB13.
Lo que más llama la atención, además de la incorporación de la aleta de tiburón, es su nariz agujereada. Rompe con todo lo visto hasta la fecha en las presentaciones del resto de equipos, una canalización diferente desde el ala delantera similar en cierta medida al del RB10 del 2014, con el que ya intentaron algo parecido.
Destaca por su simplicidad estética, recordando a monoplazas más minimalistas como el Sauber. Con relación a otros autos, la zona de los bargeboards parece menos agresiva que en el Mercedes o en el Ferrari por ejemplo.
En términos generales, ante lo que estamos es un auto musculoso, con protuberancias como la del morro a la altura donde se ubica el número del piloto, relacionadas con el tercer elemento hidráulico de la suspensión y el sistema del llamado «Conducto S». En esta zona, también podemos apreciar como han sacado provecho incluso de los soportes de los apéndices para las cámaras, con varias incisiones en los mismos que le dan un aspecto similar al de los flaps del alerón delantero.
Los bujes sopladores y la parte posterior del pontón verdaderamente estrecha buscarán sacar tajada de cualquier mínima corriente de aire que pase alrededor del monoplaza.
La zona de la toma de aire superior, a primera vista algo reducida en tamaño respecto a la del año pasado, al igual que los pontones, pueden reflejar una menor demanda de refrigeración del nuevo motor Renault.