SIRIA.- Mientras muchos atletas de diferentes naciones, se manifiestan preocupados por las condiciones en la que habrán de llevarse a cabo los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 (crisis política y virus del Zika), los representantes de Siria, ven esta justa como un rayo de esperanza a su pueblo, inmerso desde hace cinco años en una guerra que ha causado ya 280.000 muertos.

Sin embargo las cosas no han sido hasta el momento sencillas para estos deportistas, dadas las limitadas oportunidades de poder tener fogueo en eventos de alto rendimiento.

La mayoría de países han roto relaciones con el régimen sirio, incluidos los estados árabes, que han cortado las relaciones diplomáticas con el pequeño estado de oriente medio, cuyo conflicto se inició hace casi seis años, y ha dejado un reguero de muertos y provocado el exilio a millones de personas.

El mundo deportivo de Siria no ha sido ajeno al conflicto iniciado por la represión de manifestantes que pedían reformas, y que ha ido adquiriendo complejidad con la aparición de nuevos actores regionales e internacionales.

La delegación siria en Rio estará formado por seis miembros: dos en atletismo, dos en natación, uno en halterofilia y otro en tenis de mesa. Otros dos boxeadores cuentan con opciones de clasificarse.

Según el director del periódico deportivo al-Ittihad, Mohamed Abbas, la participación de Siria en los Juegos Olímpicos de Rio es «una confirmación de que el país continúa viviendo y resistiendo ante los terroristas», terminología del régimen que se opone a todo rebelde que se le opone.

Siria participará por décimo tercera ocasión en unos Juegos Olímpicos, y cuenta con cinco preseas en su medallero, una de ellas de oro en el heptatlón de Atlanta 1996.

jcrh