RÍO DE JANEIRO, BRASIL.- Novak Djokovic y Serena Williams, llegan a Río de Janeiro con una idea en mente: hacer historia. El serbio quiere hacerse el único título que la hace falta, mientras que la estadunidense aspira a renovar la corona obtenida en Londres 2012.
En el camino de Djokovic, se presentan Andy Murray y Rafael Nadal como los escollos más complicados, luego de un draw disminuido por ausencias y lesiones. El suizo Stan Wawrinka (N.4) anunció el martes su renuncia por unos dolores en la espalda, que se suman a los de su compatriota Roger Federer (N.3), también lesionado, y a los del canadiense Milos Raonic (N.7), el checo Tomas Berdych (N.8) y el austriaco Dominic Thiem (N.10), los tres por temor al virus del Zika.
Djokovic, intratable en los dos últimos años, ha ganado 12 títulos del Grand Slam, además del Másters y la Copa Davis, y hasta se colgó una medalla olímpica, el bronce en Pekín 2008, pero le falta el oro. En Londres 2012 fue cuarto, perdiendo la presea ante el argentino Juan Martín del Potro.
En Río tiene la gran oportunidad de éxito, ayudado por la superficie de juego seleccionada, la cual es cemento, una de las favoritas del serbio.
En el cuadro femenino también habrá destacadas ausencias. La rusa María Sharapova, vigente subcampeona olímpica, no estará en Río por su positivo por meldonium a principios de año, y la bielorrusa Victoria Azarenka, bronce en 2012, anunció hace 10 días que está embarazada y puso punto final a la temporada.
De esta forma, Serena Williams, será la gran favorita para defender el oro que ya conquistó hace cuatro años, lo que la convertiría en la primera tenista de la historia en tener dos oros olímpicos en la prueba individual. En dobles, igualmente aspira a repetir la medalla dorada, toda vez que en Londres 2012, logró el dobles junto con su hermana Venus.
Una de las pocas amenazas que podría tener Serena, es la española Garbiñe Muguruza, que ganó este año la final de Roland Garros precisamente a la menor de las Williams. Otra rival a tener en cuenta, es la alemana Angelique Kerber, su verdugo en la pasada final de Australia.
jcrh