Seis futbolistas cubanos de la selección Sub-23 desertaron de su escuadra durante una escala en Nueva York. Ello antes de su partido inicial en las clasificatorias para Tokio-2020, indicó este viernes el diario oficial cubano Granma.

El vuelo donde viajaba el equipo de la isla socialista hizo una escala en Nueva York que fue aprovechada por quienes decidieron apartarse del grupo. El avión iba con rumbo a las Islas Vírgenes Estadounidenses, con cuya selección iba a enfrentarse el 17 de julio.

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«Cuba enfrenta esta lid tras el vergonzoso abandono de seis jugadores durante el vuelo con escala en Nueva York», indicó Granma. Pese a ello el equipo cubano venció por 3-2 a sus rivales.

Antes habían estado en El Salvador esperando sus visados para entrar en las islas de jurisdicción estadounidense, ya que debido a tensiones diplomáticas entre Washington y La Habana la embajada de Estados Unidos en Cuba trabaja en mínimos y no ofrece ese servicio consular.

Desde El Salvador, el portero Lázaro Radamés García debió volver a Cuba por problemas en su pasaporte. Finalmente, el equipo cubano llegó a su destino para su primer duelo con 13 miembros de los 20 convocados, con los que seguirá en competencia.

Otros futbolistas cubanos que han desertado

Cuba sufrió una situación similar durante la última Copa de Oro. En ese torneo desertaron cuatro de sus jugadores en Estados Unidos. Ya suman 39 los futbolistas que abandonan la selección nacional en diferentes torneos en el extranjero en los últimos 17 años.

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Solo algunos de los jugadores que desertaron lograron continuar con sus carreras profesionales. El volante Osvaldo Alonso, uno de los primeros, triunfa en el Minnesota United FC de la Major League Soccer estadounidense.

Los que abandonan la selección cubana lo hacen sabiendo que no podrán representar a otro país por mandamiento de la FIFA, y que difícilmente volverán a vestir los colores de Cuba. También les resulta complicado afincarse en territorio estadounidense, debido a las políticas migratorias de la administración Trump.