MILÁN, ITALIA.- Cristiano Ronaldo, de opaca actuación en los 120 minutos reglamentarios del choque entre los clásicos rivales en Milán, marcó el quinto penal para su equipo, que conquistó la Liga de Campeones por segunda vez en tres temporadas y volvió a dejar al Atlético a un paso de la gloria, al igual que en 2014.

Sus estadísticas durante el partido le delataban: corrió 12 kilómetros, disparó seis veces a puerta sin peligro (3 entre los palos) y tuvo un 71% de efectividad en el pase.

Cristiano no estaba para grandes actuaciones, pero Zidane no le cambió porque esperaba su momento. Cuando finalizaron los primeros 90 minutos ambos reían ante las cámaras y el delantero después contó el motivo de la felicidad: «Apuntenme de  quinto que voy a marcar el gol de la victoria».

Eso le dijo el futbolista al entrenador minutos antes de convertirse en el héroe de la Undécima. Después de que Juanfran mandara el balón al palo derecho de Keylor, el luso colocó el balón, respiró y definió a la izquierda de Oblak para llevar al Real Madrid al olimpo del futbol dos años después.

jcrh