BORTALA, CHINA,- Pedro de Uriarte y Eduardo Vanzzini, tripulación mexicana al mando de una camioneta Ford Cruiser terminaron la séptima jornada del Silk Way Rally (Rally Ruta de la Seda) sorprendiendo a propios y extraños al ser una de las tripulaciones más rápidas de su categoría y, por ende, remontar importantes posiciones en la tabla general.
La caravana de competidores partió de la ciudad de Almaty, en Kazajistan, para recorrer casi 500 kilómetros y llegar a la frontera con la República Popular de China, país en donde, después de realizar los trámites migratorios, se internaron por primera ocasión para cruzar la Cordillera de Tian, el tercer sistema montañoso más grande del mundo (sólo detrás de los Himalaya y Los Andes) y justo ahí comenzar la única etapa cronometrada del día. Al ser la puerta de entrada al Desierto de Gobi, la geografía del lugar se tornó complicada para los competidores por la gran cantidad de grava suelta y arena con múltiples formaciones rocosas.
Al tener una gran experiencia en terreno desértico, ambos han corrido enduro, motocross y offroad desde pequeños, tanto De Uriarte como Vanzzini se adaptaron muy bien a las condiciones de competencia y fue ahí en donde pudieron dar su mejor actuación hasta el momento. Al llegar al vivac (campamento) de la población china de Bortala, en donde culminó la etapa, los aztecas terminaron el día clasificados en el lugar 31 de la general y en el 9 de su categoría.
“¡Estamos en la pelea!… hoy fue nuestro mejor día de competencia. De hecho, sorprendimos a varios de los equipos al finalizar la etapa a tan sólo 18 minutos del líder. Fuimos muy rápidos, el auto respondió al cien por ciento y no hubo un solo error de navegación. Al fin demostramos de qué estamos hechos y el porqué estamos aquí. Atrás han quedado los caminos planos de tierra y lodo más al estilo del WRC y de aquí en adelante tendremos desierto, dunas y arena, que es la superficie en la cual estamos acostumbrados a correr.
“Definitivamente, los inicios del Desierto de Gobi, ya en China, nos recibieron de maravilla. Cierto es que hubo más piedras en el camino de lo que esperábamos pero afortunadamente no sufrimos ninguna ponchadura. Incluso, del tiempo que logramos en esta jornada, el comité organizador aún nos debe de descontar alrededor de ocho o diez minutos pues a la mitad de la cronometrada paramos a ayudar a un vehículo de los competidores que se volteó. Como seguimos el procedimiento oficial en este caso, es decir, avisar al cuartel general, parar nuestro sistema de rastreo vía satelital y gps, brindar los primeros auxilios y esperar a las asistencias de la carrera, el reglamento dicta que ese tiempo se nos debe de restar a nuestro final pero eso no lo sabremos hasta pasado uno o días en que los comisarios revisen la información de nuestros aparatos localizadores.
“El equipo a trabajado mucho. A Almaty, la última ciudad meta de Kazajistán y en donde fue el día de descanso, llegamos con la camioneta desecha. Durante 24 horas trabajaron sin parar para reacondicionarla lo mejor posible y prácticamente quedo del todo. Aunque traemos una falla importante en el sistema de 4×4, pues no encontramos la refacción que necesitamos, pudimos competir a la altura de los mejores. Quedan ocho días más de carrera y en ellos encontraremos, sin duda alguna, varios inconvenientes pero, ténganlo por seguro, los superaremos y llevaremos el nombre de nuestro país hasta la gran muralla China”, señaló Pedro de Uriarte.
Para mañana, octava etapa del Silk Way Rally, la extenuante ruta a seguir por los competidores será de 905 kilómetros con 256 de ellos en secciones cronometradas. Se partirá del vivac de Bortala para culminar en la cosmopolita ciudad de Urumqi, la principal entidad petrolera y minera de China. La mayor parte del trayecto será dentro del desierto de Gobi y, por ende, con superficie de arena y grandes dunas.
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