GUADALAJARA, JALISCO.- América y Chivas, a lo largo de su historia han protagonizado épicos encuentros. Uno que particularmente llama la atención, fue aquel registrado en la campaña 1982-83, el cual terminó siendo escenario de una épica batalla campal.
En este entonces, América se presentaba con la etiqueta de superlíder general con una marca de 61 puntos en 38 partidos, y el récord del equipo más goleador con 69 a favor con una defensa solvente que sólo recibió 27 anotaciones.
Era el equipo arrogante dirigido por Carlos Reinoso, cobijado por la empresa Televisa que resaltaba sus mejores jugadas y hacía menos a sus rivales, con jugadores extranjeros de calidad como Héctor Miguel Zelada, Norberto Outes y Batata. Los pronósticos lo colocaban en la Final y con el título desde antes de jugar la Ida en el Estadio Jalisco.
Su contraparte, Chivas, con Alberto Guerra como estratega, se clasificó en séptimo lugar con 40 puntos, 44 goles a favor y 37 en contra. En los números, había una diferencia abismal que anticipaban inclusive una victoria humillante del América.
¿A qué debía apelar Guerra para revertir la adversidad? Al orgullo y a la historia del Club Guadalajara, y que con un plantel que no contaba con extranjeros, los referentes como Fernando Quirarte, Demetrio Madero, Samy Rivas, Ricardo Snoopy Pérez, Eduardo Cisneros, y Roberto Gómez Junco sacaran adelante al equipo.
En el encuentro de ida, el marcador fue favorable a los de Coapa por 2-1, y todo indicaba que en la vuelta, terminaría con la obra. Pero Chivas vendería cara la derrota. Cada balón dividido, fue disputado por los tapatíos con rabia.
Eventualmente, América se desesperó y Norberto Outes fue expulsado…con la inferioridad numérica, Chivas aprovechó para lograr un 3-0 espectacular. La gota que derramó el vaso y generó en una bronca de antología, fue la burla de Roberto Gómez Junco a la banca azulcrema…
En la campaña 1986-87, el destino quiso que ambos conjuntos dejaran la rivalidad deportiva y la cambiaran por un pleito callejero. América ganaba 1-0, y no se vislumbraba una reacción de parte del Rebaño para por lo menos empatar.
El detonante, fue el golpe lleno de frustración que Fernando Quirarte propinó a Eduardo Bacas. Y no contento con esto, camino a los casilleros provocó a Carlos Hermosillo, quien también fue «pintado de rojo». Estallaron los golpes… siendo el más recordado de todos, aquellas sensacionales patadas karatecas de Alfredo Tena contra todo jugador del «Rebaño».
Este sábado, en el marco de la jornada 7 del Torneo Clausura 2017, se escribirá un nuevo capítulo de esta rivalidad… ¿terminará de la misma manera?
jcrh