MUNICH, ALEMANIA.- Para Angelique Kerber, tenista alemana y nueva número uno del mundo, ganadora de su segundo torneo de Grand Slam este año en el Abierto de Estados Unidos, no hay nada que demostrar, toda vez que ha asegurado un lugar en los libros de historia del deporte.
Este pasado lunes, la jugadora de 28 años, se convirtió en la tenista de más edad en llegar a ocupar la cima del tenis femenino, luego de pasar verano memorable, en el que logró la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. De igual forma, llegó hasta la final de Wimbledon. Su buen desempeño en Río fue seguido de una derrota en la final de Cincinnati ante Katerina Pliskova, a quien luego venció en la final del Abierto de Estados Unidos.
Pese a que comenzó el año ganando el Abierto de Australia, Kerber dijo que su triunfo en Nueva York el sábado, junto con alcanzar el puesto como número uno del ranking, marca un punto de inflexión en su carrera al quitarle cualquier tipo de presión.
No tengo nada más que demostrar. Estoy en la cima, el número uno. Esperé todo este momento en mi vida (…) Melbourne fue diferente, ya que era mi primer Grand Slam. Tuve que lidiar con un montón de cosas fuera de la cancha después de eso», agregó.
jcrh