RÍO DE JANEIRO, BRASIL.- Con amplias sonrisas, un poco por cultura, pero también como para ocultar preocupaciones, Brasil comenzó a recibir a las delegaciones olímpicas que competirán en los Juegos de Río desde la próxima semana.
A seis días de la ceremonia inaugural en el mítico estadio Maracaná, el trayecto por las avenidas de la metrópoli rumbo a la Villa Olímpica ofrece la cara más amable y apreciada por el mundo de un Brasil azotado por una crisis económica galopante e inmerso en escándalos políticos y judiciales.
La polémica por obras de infraestructura que a pocos días del inicio de los Juegos aún no tienen el final, como es el caso de algunos apartamentos que los atletas deben ocupar en la Villa Olímpica, también aporta confusión.
Pese a todo, el presupuesto de los Juegos fue creciendo si pausa y los 39.000 millones de reales (unos 10.000 millones de euros, de los cuales parte lo cubren los privados) que se decía costarían, se incrementó considerablemente. Según el Wall Street Journal, el costo total aumentó al menos un 25 por ciento respecto de las cifras originales, aún cuando algunas de esas obras (como el enlace del metro entre Ipanema y Barra da Tijuca) quedaron sólo en el proyecto.
El presupuesto del Comité Organizador (financiado con la venta de entradas y los ingresos por patrocinio) pasó de 4.200 millones de reales en 2009 a más de 7.400 millones (1.700 millones de euros) en la actualidad.
Para la que al menos en los papeles representa la séptima economía a nivel mundial, esto no debería ser considerado como una tragedia, pero el problema es que la situación se da en el marco de una recesión.
La crisis que algunos analistas consideran como la peor de los últimos 70 años se traduce en un malestar social creciente frente a los aumentos en las tarifas del transporte público y recortes en materia de salud y derechos.
Las últimas previsiones hablan de una caída del PBI cercana al 3 por ciento y consultoras como «S&P» y «Fitch» ubican el rating de Brasil en uno de sus niveles históricos más bajos.
La familia olímpica se muestra optimista más allá de que el Comité Organizador debió reducir un 12 por ciento su presupuesto operativo, o sea sus costos, que no podrán superar los 1.700 millones de euros.
«Estamos monitoreando con atención cada rubro y fijamos un nuevo punto de referencia. Los organizadores intentan maximizar los recursos todo lo que sea posible», explicó Christophe Dubi, director ejecutivo de los Juegos.
Traducido: Menos lujos y menos voluntarios para las ceremonias de apertura y clausura y espacios más reducidos para atletas y público.
Los costos de infraestructura financiados prevalentemente con fondos públicos crecieron a más de 24.000 millones de reales (5.300 millones de euros), un 25 por ciento por encima de lo que estaba previsto.
con información de ANSA Latina
jcrh