LAUSANA, SUIZA.- Yulia Stepanova pasará a la historia, como la atleta que ayudó a desvelar el mayor escándalo de dopaje en décadas, el cual amenazó con excluir a Rusia de los Juegos Olímpicos.
Con esto como antecedente, solicitó al Comité Olímpico Internacional (COI), que se revise su caso, en un último intento por poder tomar parte en la justa veraniega.
Stepanova, tenía esperazas de poder competir en Río de Janeiro, en calidad de atleta independiente, sin embargo el Comité Olímpico Internacional (COI) dictaminó que no podrá acudir a los Juegos ningún ruso con un pasado de dopaje.
«La decisión (del COI) es injusta, porque se basa en declaraciones erradas y falsas», dijeron. La Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés) había alabado su contribución a la lucha contra el dopaje y la invitó a competir como atleta neutral.
El COI dijo a la corredora de medio fondo y a su esposo que podían acudir a Río como invitados, sin participar en las competencias, argumentando que su pasado marcado por el dopaje la convertía en no apta.
Stepanova rechazó la invitación en una misiva al director general del COI, Christophe de Keppe. «No dimos el aviso para lograr una invitación como espectadores a Río. Rechazamos con respeto su invitación como espectadores, pero le pedimos amablemente que dispense a Yulia el trato justo que merece», señalaron en la carta.
El COI había asegurado que Stepanova se negó a competir como integrante del equipo ruso, versión que ella rechaza. «Yulia dejó absolutamente claro que esto no tiene que ver con su deseo o no de competir bajo la bandera rusa, sino con el tratamiento hostil y las amenazas que recibió desde diciembre de 2014 hasta ayer», dijo la pareja.
Stepanova, que aportó pruebas de dopaje en una serie de documentales de la cadena alemana ARD, huyó de Rusia y vive escondida en un lugar no revelado de Norteamérica por miedo a su seguridad.
jcrh