SANTIAGO, CHILE.- En solo cinco años de funcionamiento, el radiotelescopio ALMA, en el norte de Chile, hizo descubrimientos asombrosos. Con 66 antenas ubicadas a más de cinco mil metros de altura en el Llano Chajnantor, ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array, en inglés), es considerado uno de los complejos astronómicos más potentes del mundo desde que comenzó a operar en octubre de 2011.
Entre los hallazgos más destacados por la comunidad científica están las imágenes de discos protoplanetarias, como el de la joven estrella HL Tauri -situada a unos 450 años luz de distancia- que contribuyeron a cambiar las teorías sobre la formación de los planetas.
A través de ALMA, se pudo ver la acumulación de polvo y gas tras el nacimiento de esa estrella, que se cree va creciendo a costa de la materia que se encuentra a su alrededor, para acabar formando un nuevo planeta en millones de años.
Hasta ese entonces, los científicos no esperaban que estrellas jóvenes tuvieran grandes cuerpos planetarios capaces de producir otras estructuras. La imagen captada sugiere también que el proceso de formación planetaria puede ser más rápido de lo que se pensaba.
En medio de una gran expectación del mundo científico y después de más de una década de desarrollo, ALMA abrió sus ojos hace cinco años observando con una nitidez inigualable dos galaxias en colisión ubicadas en la constelación de Corvus y descubiertas en 1785.
Emplazado en el Llano de Chajnantor, en medio del desierto de Atacama, el más árido del mundo, en cinco años de funcionamiento se ha transformado en uno de los mejores lugares para estudiar el origen del Universo, en lo que fue definido como la «Génesis del amanecer cósmico».
Desde que arrancó sus operaciones, el radiotelescopio logró también encontrar moléculas orgánicas que son la base de la existencia de la vida, como azúcares y alcoholes. Dentro de su trabajo, el observatorio destaca además su cooperación con la exploración espacial, después de ayudar a la sonda espacial NEW Horizons de la NASA a localizar con precisión a Plutón y acercar a la nave a su objetivo.
ALMA explora el Universo a través de las ondas radiales que emiten galaxias, estrellas y otros cuerpos, no captadas por los telescopios ópticos e infrarrojos que perciben sólo la luz visible.
A través de sus 66 antenas, ALMA capta longitudes de onda milimétricas y submilimétricas, unas mil veces más largas que las longitudes de onda de luz visible, lo que le permite ver a través de las densas nubes de polvo cósmico y gas donde se forman estrellas y planetas, así como objetos muy distantes en el Universo. El conjunto de radiotelescopios es un emprendimiento en el que participan Europa, Estados Unidos y Japón, en cooperación con Chile.
con información del ALMA
jcrh