ALEMANIA,- Los autores de los tres ataques no guardaban relación, tampoco motivaciones, sin embargo el problema migratorio engloba a todos ellos, yihadismo, refugiados e hijos de inmigrantes y el planteamiento es ¿debe Alemania replantar su política migratoria?.
Lo sucedido ha abierto una brecha en la confianza de Alemania, en Baviera escenario de lo incidentes, la seguridad queda entredicho y el debate sobre la inmigración y la integración de los inmigrantes ha cobrado actualidad en el lander alemán. “Ningún estado constitucional puede evitar todos los crímenes”, ha resumido el ministro del Interior alemán, Thomas de Maizière, en una entrevista con Der Spiegel. “Son necesarias más medidas de seguridad, pero no se puede eliminar toda la violencia”, añade.
Los autores de los tres ataques no tenían relación, tampoco parecen tenerla sus motivaciones. Sin embargo, el problema migratorio engloba a todos ellos. Yihadismo, refugiados e hijos de inmigrantes. ¿Debe Alemania replantearse su política migratoria?
El pasado lunes un afgano, refugiado, de 17 años atacó a los pasajeros de un tren con un hacha y un cuchillo. Poco después el autodenominado Estado Islámico reivindicó el ataque y difundió un vídeo del joven augurando más ataques. Este lunes, justo una semana después, otro solicitante de asilo procedente de Siria al que habían rechazado la petición se ha suicidado detonando una mochila bomba también en Baviera y el gobierno apunta a que podría estar relacionado con el terrorismo yihadista.
Aunque, este último atacante había sido rechazado, su expulsión estaba en suspenso debido a la situación en Siria. Lo cierto es que Alemania es uno de los países europeos que más refugiados acoge y la prensa del país ya ha empezado a preguntarse, por qué no se devuelve a los refugiados que han visto rechazada su solicitud de asilo.
En los últimos meses y tras el acuerdo con Turquía para que absorba la mayor parte del flujo migratorio, la preocupación por los refugiados había disminuido.
Sin embargo, estos ataques reavivan el debate y le otorgan al gobierno de Baviera, el más crítico con la política migratoria de Merkel, una mayor posición de presión para exigir al gobierno central una redistribución por landers de los refugiados o eliminar la cláusula de acercamiento entre familias para evitar que se concentren en el sur del país.
Este no será el único grupo de presión al que tendrá que hacer frente la canciller Angela Merkel. El grupo ultraderechista y euroescéptico Alternative für Deutschland ya registró una gran subida de votos en las últimas elecciones municipales y estos sucesos podrían darle alas ya que su posición contra los inmigrantes es la más dura y restrictiva.
Desde el Gobierno, el portavoz del Ministerio del Interior, Tobias Plate, ha pedido que no se criminalice a los refugiados por hechos puntuales. Aunque desde la policía no han confirmado su identidad. La prensa alemana apunta a que el joven de 18 años que el viernes asesinó a 9 jóvenes en un centro comercial de Múnich era lo que se suele llamar inmigrante de segunda generación, nacido y criado en Alemania pero de ascendencia iraní. “Yo soy alemán”, gritó durante el ataque, pero ¿le considera alemán la sociedad de su país?
Todos los perfiles hechos del atacante en la prensa le consideran como un joven depresivo y con problemas psicológicos. También todos insisten en que había sido acosado en el instituto debido a su ascendencia iraní. La policía ha detenido a otro hijo de inmigrantes afganos de 16 años que podría conocer sus intenciones y haberlas encubierto. Por ello, y pese a las semejanzas con la matanza de Oslo de hace cinco años, no se descarta que el detonante pueda estar en un problema de integración en la sociedad alemana de los hijos de los inmigrantes.
Sin embargo, aún es pronto para que la prensa local registre palabras como racismo u odio racial en sus análisis, en una sociedad en la que las manifestaciones racistas se acallan y están especialmente condenadas.
Además, la policía sigue investigando cómo es posible que un joven de apenas 18 años haya conseguido un arma y las al menos 300 balas que llevaba en la mochila. Según algunos medios la adquirió a través del mercado negro en internet. Alemania tiene una de las legislaciones de control de armas más duras de Europa, sin embargo, la Glock 17 que utilizó el asesino era de contrabando y tenía el número de serie borrado.
“Baviera ha vivido dos días paralizada por el miedo”, titula el Suddeutsche Zeitung con las palabras de un testigo de la explosión en Ansbach. En Munich, los organizadores del OcktoberFest ya han empezado a tramitar cómo prohibir la entrada de mochilas el próximo octubre cuando se celebre la mayor fiesta de la cerveza del mundo y una de las principales atracciones turísticas de la ciudad.
r3