ROMA,- Buscando superar el problema del hambre y la violencia en el mundo, varios premios Nobel de la Paz y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), lanzaron una alianza, buscando paliar de alguna manera dicho problema.

“No se puede consolidar la paz sin seguridad alimentaria, y no habrá seguridad alimentaria sin paz”, fue el el mensaje común de los premios Nobel de la Paz: Óscar Arias, Tawakkol Karman, Betty Williams y Muhammad Yunus.

Los cuatro Nobel han sido reconocidos por sus esfuerzos para detener las guerras civiles, promover los derechos de la mujer y los microcréditos a los pobres, así como poner fin a la violencia interreligiosa.

Los cuatro van a actuar como grupo de expertos para asesorar a la FAO sobre cómo fortalecer los vínculos entre la paz y la seguridad alimentaria, en el marco del trabajo que hace el organismo de la ONU para promover el desarrollo sostenible y la resiliencia en el mundo.

“Liberar al mundo del hambre y la necesidad es una contribución fundamental a la paz duradera”, dijo el director general de la FAO, José Graziano da Silva, en el acto de lanzamiento de la Alianza FAO-Premios Nobel.

Subrayó que las zonas rurales y sus poblaciones continúan siendo las más afectadas durante los conflictos, ya que los ataques a las comunidades agrícolas socavan sus medios de vida y desplazan a las personas de sus hogares. Esto significa que ayudar a los agricultores es fundamental para prevenir el desplazamiento generalizado y sentar las bases para la reconstrucción, manifetó Graziano da Silva.

Muhammad Yunus, originario de Bangladesh y fundador del Banco Grameen (una institución microfinanciera y banco de desarrollo comunitario), consideró que el apoyo a las empresas rurales es fundamental para solucionar el problema del hambre y la inestabilidad.

Insistió en que los habitantes de zonas rurales pueden ser tan buenos empresarios como cualquiera y que se necesitan instituciones financieras para apoyarlos, de manera que la juventud vea futuro en esas regiones y se convierta en impulsora del empleo y el desarrollo económico.

“La pobreza y el miedo no necesitan pasaporte para viajar”, afirmó el expresidente de Costa Rica, Óscar Arias, al llamar la atención sobre el impacto que el hambre y la falta de oportunidades han tenido en la mayor crisis migratoria mundial en décadas.

“Tenemos que decidir si describiremos un paisaje desértico en el que impera la muerte, o si reflejaremos el agua, el pan, el aire y la savia de los árboles (…) si vamos a escribir el último poema bélico o un poema sobre nuestra paz y seguridad alimentaria”, agregó.

Tawakkol Karman, una activista yemení que trabaja en defensa de los derechos de las mujeres, calificó el fracaso de la erradicación del hambre como la mayor vergüenza de la humanidad.

La Nobel señaló que, si bien el proceso de globalización que actualmente está transformando al planeta permite que algunos individuos y empresas amasen grandes fortunas, millones de personas pasan hambre a diario. “Lo que necesitamos es una globalización justa y positiva que permita que todas las personas compartan los beneficios”, aseveró.

“Cuando te enfrentas a un problema como el hambre, no tiene sentido llorar: debes preguntarte qué vas a hacer al respecto (…) Derramar lágrimas sin pasar a la acción, supone desperdiciar un sentimiento”, afirmó por su parte la pacifista norirlandesa Betty Williams.

En un mensaje, el ex secretario general de Naciones Unidas y premio Nobel de la Paz, Kofi Annan, subrayó las formas en que el hambre y la competencia por los recursos agrícolas pueden exacerbar las tensiones sociales. Asimismo, el ghanés hizo un llamado para pensar de una manera más integral en la seguridad alimentaria y la paz.

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