CIUDAD DE MÉXICO,- El 20 por ciento de los viajes que realizan los autos particulares en la ciudad de México, provoca un severo congestionamiento vial y genera el 70 por ciento de la contaminación atmosférica que padece la capital del país. Lo anterior se dio a conocer en el Senado de la República, durante la presentación de los resultados de las encuentras nacionales sobre Transporte y Movilidad, y de Condiciones de Habitabilidad de la Vivienda en México, que forman parte de la colección “Los mexicanos vistos por sí mismos”.
El investigador del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Manuel Suárez, comentó que el parque vehicular nacional tiene 11 años de antigüedad en promedio y su uso indiscriminado se debe a una deficiencia en los sistemas de transporte público y a una apreciación de confort, independencia, seguridad y velocidad de traslado.
Asimismo, dijo que 80 por ciento de la población utiliza el transporte público; no obstante este medio es el peor calificado por los ciudadanos. Señaló que no puede ignorarse la relación entre estructura urbana y transporte, por lo que una buena parte de las soluciones está en la distribución de actividades en el espacio.
Indicó que en el país se realizan 130 millones de viajes diariamente, 25 por ciento de las personas en México no realizan traslados, las personas que se trasladan lo hacen dos veces por día, en promedio.
Los grupos más vulnerables viajan menos, hay una movilidad reducida de quienes tienen menor ingreso, edad avanzada o si se trata de mujeres, además de que la desigualdad en el ingreso afecta la accesibilidad a una movilidad eficiente. Propuso crear áreas caminables con parámetros de entre 800 metros y 1.6 kilómetros, que dependerán de los entornos y equipamientos urbanos.
Manuel Suárez expuso que cerca de 2.3 por ciento de los viajes a nivel nacional se llevan a cabo en bicicleta, por ello, es necesario implementar sistemas públicos de este medio de transporte, así como infraestructura específica para su circulación.
Al respecto, la senadora Ana Lilia Herrera Anzaldo, integrante de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, dijo que en la conformación de la constitución de la capital se encuentra en enorme desafío de encontrar una solución al problema de la movilidad.
Explicó que el Estado de México “abraza” geográficamente a la Ciudad de México y tiene una relación cotidiana con esa entidad, por lo que es momento de que las fronteras políticas, territoriales e ideológicas dejen de ser un pretexto para poder resolver los temas metropolitanos en común; “es una gran oportunidad que no debemos desaprovechar”.
Previamente, Alicia Ziccardi, integrante del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, presentó la Encuesta Nacional sobre las Condiciones de Habitabilidad de la Vivienda en México, donde afirmó que los principales problemas que persisten es que las casas son muy pequeñas, muy caras y de mala calidad, especialmente en el sur del país.
Destacó que existe un aumento de las necesidades de vivienda porque hay un proceso de urbanización sumamente acelerado, pues cada vez hay más mexicanos que viven en ciudades y en metrópolis, además de que está ocurriendo una modificación en las estructuras de los hogares.
No obstante, subrayó que el tamaño de las viviendas sigue siendo muy pequeño para las características de los hogares mexicanos y hay limitaciones para el acceso a financiamiento, sobre todo, por el bajo ingreso de los trabajadores y la precarización del empleo.
Para que un sistema de seguridad social funcione correctamente se necesita estabilidad y buenos salarios; la precarización en el empleo no permite que muchos de los trabajadores puedan acceder a una vivienda adecuada, apuntó. Aunado a ello, agregó, se dio un aumento de la pobreza que impide el acceso a la vivienda y resaltó que 25 millones de personas carecen de servicios básicos en el interior de sus casas.
Resaltó que en los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón se dio una producción masiva de vivienda; sin embargo, su falta de planeación provocó la expansión de periferias urbanas, de ciudades dispersas y difusas, casas que no corresponden a las condiciones ambientales y físicas de su localización; “hemos tenido problemas gravísimos con fenómenos naturales”.
“Se ha construido mucha vivienda y no ciudad, lo que no garantiza ni cohesión social ni una vida comunitaria adecuada”, advirtió. Indicó que en el país hay cuatro millones 900 mil viviendas deshabitadas, de las cuales muchas son producto de esta política de vivienda”.
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