TANZANIA.- La epidemia de cazadores furtivos en África está llevando a la desaparición del elefante africano y el rinoceronte negro. Para intentar frenarlo se entrenan perros detectores.

Bandit es un pastor alemán de dos años de edad que trabaja en el parque nacional de Mkomazi en Tanzania para ayudar a proteger a los elefantes de los cazadores furtivos. Es uno de once cachorros que fueron donados en 2013 a una pequeña organización sin ánimo de lucro llamada «Animals Saving Animals» («Animales salvado a Animales»), con el único propósito de ser entrenados como perros para combatir la caza furtiva.

Poco después de su llegada comenzaron el entrenamiento y la selección de las distintas tareas a desempeñar.

Bandit fue clasificado como “Patrulla de Infantería”, lo que significa que está entrenado para patrullar con su guía e indicar la presencia de un cazador furtivo. En condiciones favorables es capaz de detectar a un cazador furtivo desde un kilómetro. Su trabajo consiste en detectarlo y aproximarse silenciosamente para capturarlo mordiéndole en cualquier parte del cuerpo y sujetándolo hasta que llegue su guía.

Bandido también es capaz de llevar a su guía hasta el lugar de donde provienen disparos, algo extremadamente difícil de conseguir en la sabana africana.

En Octubre de 2014 Bandit y sus hermanos finalizaron su entrenamiento y se decidió que Bandit y su hermana, Chocolate, especializada en rastrep serían donados al Parque nacional Mkomazi, en Tanzania.

Allí, Bandit fue asignado a un nuevo guía y juntos continuaron su formación. Seis meses después forman un efectivo binomio contra los cazadores furtivos en el parque.