CIUDAD DE MÉXICO,- Aunque el peso mexicano sufrió por la renuncia de Carstens al Banco de México, dicha entidad financiera se halla cierta de elevar la tasa de interés si las expectativas de inflación continúan por encima del objetivo del 3 por ciento, sin considerar que el crecimiento se ralentiza.
En entrevista concedida a Bloomberg TV, Agustín Carstens indicó que el Banco de México puede contribuir al crecimiento al mantener la estabilidad financiera así como las expectativas de inflación.
Carstens, que anunció el jueves que abandonará el Banco Central para dirigir el Banco Internacional de Pagos (BIS) en julio de 2017, respondió a la noticia de que los economistas en una encuesta del Banco Central ven que la inflación subirá significativamente por encima del 3 por ciento del Banco de México el próximo año, hasta un 4 por ciento a finales de 2017.
Al mismo tiempo, los analistas redujeron las expectativas de crecimiento en más de medio punto para el próximo año, mientras la nación se enfrenta a un peor escenario en medio de las promesas del presidente electo de Estados Unidos Donald Trump de renegociar o desechar su Tratado de Libre Comercio con México, por el que envía cerca del 80 por ciento de sus exportaciones a su vecino del norte.
Cuando se le preguntó si las expectativas de inflación de 2017 en el 4.01 por ciento, frente al 3.57 por ciento del mes anterior, hace que sea más probable que el Banco Central tenga que subir las tasas, Carstens dijo que la junta está esperando las acciones de la Reserva Federal como un componente importante en las medidas que adopte.
Por otro lado, Carstens dijo que apoya completamente las promesas de Steven Mnuchin, nominado para ser secretario del Tesoro de Trump, de simplificar las regulaciones bancarias y reducir sus costos administrativos, pero agregó que era importante mantener niveles de seguridad adecuados.
Mnuchin ha dicho que la prioridad para la administración entrante es desechar partes de la Ley Dodd-Frank, y dijo que el principal problema con la regulación es que es demasiado complicada y evita que los bancos presten.
El ‘diablo’ estará en los detalles de lo que Mnuchin proponga, dijo Carstens.
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