CIUDAD DE MÉXICO,- Como resultado del acuerdo con la minuta de la reunión del pasado 5 de mayo, la Junta de Gobierno del Banco de México por decisión unánime decidió mantener en 3.75% por ciento el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día, no considerando la próxima reunión que habrá de celebrar la Fed en junio y el que contemple la posibilidad de incrementar la tasa correspondiente.
Al considerar que el comportamiento de la inflación para el corto y mediano plazo es congruente con la meta permanente de 3.0 por ciento, la Junta de Gobierno de Banxico tomó la decisión de mantener sin cambio la tasa clave de referencia. Sin embargo, señaló, hacia adelante, la Junta de Gobierno seguirá muy de cerca la evolución de todos los determinantes de la inflación y sus expectativas de mediano y largo plazo, en especial del tipo de cambio y su posible traspaso a los precios al consumidor.
Asimismo, se mantendrá vigilante de la posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos, sin descuidar la evolución de la brecha del producto, explicó el banco central en la minuta número 43 sobre la decisión de política monetaria. Esto para estar en posibilidad de tomar medidas con flexibilidad y en el momento en que las condiciones lo requieran, para consolidar la convergencia eficiente de la inflación al objetivo de 3.0 por ciento.
La minuta menciona que la mayoría de los integrantes de la Junta de Gobierno del Banxico considera previsible que el promedio anual de la inflación general se ubique en 3.0 por ciento en 2016, y para 2017 estima se ubiquen alrededor del objetivo permanente.
Si bien la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno estimó que el balance de riesgos para la inflación permanece sin cambios respecto a la decisión anterior, algunos consideraron que este balance continúa siendo al alza.
Respecto a los riesgos en esta dirección, la mayoría alertó que existe la posibilidad de que el entorno internacional presente un deterioro que provoque una depreciación desordenada del tipo de cambio y ello afecte en mayor grado a la inflación general, a lo que un integrante dijo que este es el principal riesgo para la inflación.
Así, la mayoría consideró que, ante la difícil situación económica y financiera global, se mantiene latente la posibilidad de que surja un episodio de turbulencia financiera que se refleje en una nueva depreciación del peso.
Algunos miembros refirieron que los riesgos para la inflación pueden materializarse independientemente de las acciones de la Reserva Federal de Estados Unidos, respecto a la expectativa de incremento en sus tasas de fondos federales.
Por ello, consideraron, la política monetaria en México debe estar lista para actuar de manera oportuna y flexible para contrarrestar cualquier obstáculo que ponga en peligro la consolidación de la convergencia de la inflación al objetivo permanente de 3.0 por ciento.
En este contexto, uno de ellos afirmó que a pesar de la baja inflación en México y la perspectiva de una brecha del producto negativa en el horizonte de influencia de la política monetaria, el curso más probable para la tasa de interés de referencia en los próximos meses es al alza.
Explicó que el Banco de México cuenta con espacio para aumentar la tasa de referencia sin afectar significativamente la actividad económica, ya que las condiciones monetarias están relajadas como resultado de la depreciación del peso que se ha observado.
Respecto a la evolución de la economía mexicana, la mayoría de los integrantes de la Junta de Gobierno del banco central señaló que cifras preliminares indican que el crecimiento económico en México en el primer trimestre de 2016 fue superior al del trimestre previo.
Asimismo, la mayoría de los miembros consideró que el balance de riesgos para el crecimiento se mantiene sin cambio respecto de la decisión anterior de política monetaria. En línea con el desempeño reciente de los mercados financieros globales, algunos miembros de la Junta destacaron que los mercados financieros en México han mostrado un comportamiento favorable.
No obstante, ante un entorno económico complejo y la posibilidad de nuevos episodios de turbulencia financiera internacional, los integrantes resaltaron la importancia de que las autoridades se mantengan vigilantes y continúen reforzando los fundamentos macroeconómicos.
Esto, agregaron, contribuiría a distinguir a México de otros países emergentes, de tal forma que el componente de riesgo soberano en las tasas de interés, al igual que otras primas de riesgo, permanezcan estables en niveles bajos, ante lo cual la mayoría destacó que se requiere de una política fiscal prudente.
La mayoría resaltó la importancia de las medidas anunciadas recientemente para hacer frente a los menores ingresos petroleros.
En particular, el ajuste que se anunció el 17 de febrero, las acciones subsecuentes que se han tomado en Pemex, la aplicación del remanente de operación conforme a lo que marca la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, y el ajuste adicional en el gasto público federal que se dio a conocer en los “Pre-Criterios de Política Económica para el 2017”.
Además, la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno del Banxico argumentó que estas acciones están orientadas a acelerar la transición hacia una tendencia descendente de la razón de la deuda pública a Producto Interno Bruto (PIB).
Con respecto a la situación financiera de Pemex, algunos integrantes afirmaron que, ante las medidas anunciadas, los indicadores de riesgo crediticio de esta empresa se redujeron cerca de la mitad de los niveles observados a principios del cuarto trimestre del año pasado.
Uno de ellos añadió que, no obstante a lo anterior, se mantiene el peligro de que el riesgo crediticio de Pemex se refleje en un mayor riesgo soberano en caso de que los mercados no perciban una mejoría en su situación financiera independiente del apoyo gubernamental.
Finalmente, la mayoría concordó en la importancia de implementar de manera adecuada las reformas estructurales para aumentar el crecimiento potencial de la economía.
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