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Biodrone, una “esperanzadora alternativa”

Biodrone, una “esperanzadora alternativa”

VARSOVIA, POLONIA.- Rafal Dalewski, ingeniero de la Universidad Politécnica de Varsovia en Polonia, diseñó un biodrone inteligente, que hace las veces de una abeja, duplicando la capacidad polinizadora de estos insectos, ofreciendo una “esperanzadora alternativa” para hacer frente a la reducción constante de la población mundial de estos insectos.

El pasado verano hicimos la prueba y ya tenemos la primera semilla obtenida a través de esta polinización artificial, por lo que queda demostrado que nuestro robot puede hacer casi lo mismo que las abejas reales“, explica Dalewski.

Sin embargo el científico reconoce que pese a todo su empeño, al momento no ha sido capaz de diseñar un drone, que sea capaz de producir miel. Lo que si ha quedado en claro, es que este robot polinizador “no pretende sustituir a los insectos, pero sí ayudar a su labor y complementarla“, puntualiza este ingeniero.

Lo cierto es que este biodrone no sólo ayuda a la naturaleza, sino que también lo hace de una manera inteligente, ya que se le puede programar para que se concentre en un área determinada y busque flores de un tipo concreto que polinizar, todo a través de un programa informático.



Con el fin de llevar a cabo su labor, se han creado dos tipos de drones polinizadores, uno volador y otro terrestre, ambos armados con una especie de plumero que impregnan del polen que reparten luego entre otras flores.

El terrestre tiene más autonomía de trabajo y su batería es más duradera, “así que el agricultor puede retirarse tranquilamente a casa y dejar al drone trabajando hasta que regrese de manera autónoma a su fuente de energía”.

Su creador afirma que estos robots pueden ser también utilizados para una “agricultura de precisión” como “dosificadores inteligentes” de fertilizantes, abonos o pesticidas, ya que se les puede programar para que depositen determinadas cantidades dependiendo del tipo de planta o de la ubicación.

La universidad quiere poner a trabajar los primeros prototipos a partir de 2017, y pasar a su fabricación en serie en dos años.



El invento es especialmente significativo si se tiene en cuenta que la mortalidad de los insectos polinizadores, de los que depende la mayoría de los cultivos, aumenta cada año sin que se sepan las causas.

con información de la Universidad Politécnica de Varsovia

jcrh