CIUDAD DE MÉXICO.- Durante los primeros cuatro meses del año, y como consecuencia de la búsqueda de mejores rendimientos y mayor seguridad para sus recursos, los inversionistas extranjeros en el país retiraron un total de 6 mil 200 millones de dólares, equivalentes a 106 mil 800 millones de pesos, que tenían invertidos en bonos de deuda del gobierno federal.
Como consecuencia de este retiro de capitales, se impulsó la demanda de dólares en el mercado, evento que provocó que el peso sufriera presiones a la baja para ubicarse, por segunda semana consecutiva, como la segunda moneda más devaluada entre los países emergentes, sólo después del rand de Sudáfrica, con 3 y 1.8 por ciento respectivamente.
En lo que va de mayo, el peso se ha depreciado alrededor de 5.6 por ciento, colocándose como la tercera divisa de mayores pérdidas entre las divisas de economías emergentes, y como la más depreciada entre monedas latinoamericanas, por detrás del peso colombiano que pierde 4.7 por ciento durante mayo.
Además, la demanda de dólares ha obligado a las autoridades a apuntalar al peso con la venta de divisas en el mercado e inyectar, según la cuantificación de los analistas de Santander México, 5 mil 562 millones hasta el corte del 6 de mayo. Hasta febrero la política monetaria del Banco de México consistía en una subasta diaria de dólares, pero ese mes tomó la decisión de suspender esa venta para ordenar el mercado.
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